Capítulo 10-. Intruso en casa.

531 24 0
                                    

Cuando me acerqué, él también se acomodó sobre la cama, quedando cara a cara frente a mí, al mismo tiempo que su mano se aferró fuertemente a mi cintura. Se me detuvo la respiración en ese momento, pero volvió a normalizarse cuando me percaté que Kian seguía durmiendo. Tal era la cercanía de nuestros rostros que yo era capaz de sentir su respiración chocar suavemente contra mi cara. Desde esta distancia podía ver cada pequeño detalle del rostro de mi amigo y por alguna razón me gustaba su cercanía. Tenía una expresión tan dulce y tranquila que me apretaba el estomago, deseaba poder sentirme igual que él en estos momentos. Mi corazón ya no sabía como comportarse, se aceleraba y detenía cada vez que Kian respiraba.

-Interesante-me giré bruscamente hacía mis espaldas al escuchar la voz de Eric. -Estás despierta y aún así no te alejas-sentí como el calor subía a mis mejillas. Agradecí a la oscuridad por disimularlo.

- ¿Qué haces aún despierto y mirándome?-pregunté molesta en un susurro.

-No te sientas tan importante, Nora, simplemente desperté justo a tiempo para ver aquella escenita romántica-sabía que él estaba mintiendo. Él me había estado mirando desde hace mucho antes, tal vez ni había dormido.

-Eres un entrometido y mentiroso-solté. -Nunca estuviste dormido-me respiración se aceleró cuando Kian volvió a acomodarse, esta vez alejándose de mí.

-Ese es mi problema-respondió.

-Se transforma en mío cuando violas mi privacidad-dije apenas me cercioré que mi amigo siguiera profundamente dormido.

-Si quieres me doy vuelta y sigues disfrutando de tu privacidad con Kian-sus palabras me cansaron. No quería seguir discutiendo con él, por lo que me dispuse a levantar. - ¿Dónde te vas? -preguntó.

-Ya me cansé, Eric-suspiré. -No puedo dormir si tú me estás vigilando, no puedo esta tranquila si me molestas todo el tiempo, no puedo seguir con todo esto-el piso estaba frío por lo que metí mis pies en las zapatillas de Kian. -Iré a buscar otro lugar donde dormir-finalicé.

La casa de Faye era un laberinto de día, por lo que no era una sorpresa lo perdida que me sentí en medio de la oscuridad. Iba palmeando las paredes para evitar tener un accidente y en el camino me encontré con varios pasillos, pero no me decidí por cual ir, simplemente seguí derecho.

Una leve luz me alumbraba el camino, por lo que supuse que la luna llena, pese a las nubes, también quiso hacerse notar esta noche. La temperatura aquí era aún más baja que en la habitación, a lo mejor porque en el cuarto nuestra temperatura corporal había entibiado el ambiente. A tal extremo era el frío que el vapor que salía de mi boca al exhalar era completamente visible.

No era una novedad que le tuviese miedo a la oscuridad, por lo que me sentía en una película de terror. Mi mente también me jugaba en contra, pues con cada ruido se imaginaba cientos de tétricas explicaciones de su procedencia. Además, ¿Quién no se asustaría en mi caso? Estaba en una casa desconocida, en un pueblo "abandonado", escapando de un ataque terrorista, el piso crujía con cada paso que daba y las ramas chocaban sonoramente contra las ventanas por el viento. Lo más extraño de todo era que lo que más me importaba en estos momentos era lo que estaba pasando con Eric. Él durante todo este tiempo estaba jugando chueco, codo a codo con su bipolaridad. Me había hecho sentir cómoda en un principio, pero luego se encargó de hacerme sentir mal, desequilibrando todas mis emociones, creando un efecto totalmente contrario. No lograba entenderlo y eso me desesperaba, a mi me gustaba poder leer a la gente, saber cómo actuaran. Pero con él, mi método no resultaba.

Un fuerte ruido se hizo presente, seguido por una intensa luz. Al principio me sobresalté y me quede quieta, pero luego de entender que fue un trueno, seguí mi camino. El tema de Eric me tenía distraída y más de una vez casi tropiezo con las alfombras o chocó con puertas. Un error que no cometería si estuviera concentrada. Pero, no sabía cómo quitármelo de la mente.

Atraída por el peligro.Onde histórias criam vida. Descubra agora