Capítulo 31.

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Capítulo 31.

Por fin Yule ha llegado.

Chise se mantuvo despierta en cama sin ánimos de levantarse luego de lo ocurrido el día anterior, sentía que todo dentro de ella estaba completamente hecho añicos. El enojo aún era presente, pero al mismo tiempo la tristeza; lo único que hacía en aquellos momentos era aferrarse al osito de felpa, buscando algo de consuelo; con la poca fuerza de voluntad que le restaba, se levantó por fin de la cama y fue inmediatamente al baño para asearse; por varios minutos quedó frente al espejo, contemplando su lamentable reflejo; las ojeras no habían desaparecido, producto a las constantes "Pesadillas" que la asaltaban por las lúgubres noches, aquella chica sin rostro que se hallaba en ellos, no desaparecía; era molesto, sin duda era aquella joven la cual hacía compañía a Elías en ese mismo momento. Miraba fijamente sus ojos color esmeralda, se percató que en ella comenzaba a albergar un odio hacia aquella chica que no conocía; sabía que los celos no eran para nada sanos dentro de uno.

Pero era inevitable.

-"No sucederá... "-Se dijo a ella misma tratando de convencerse que aquella chica no podía llegar bastante lejos con Elías. -"No lo permitiré... "

Tras el desayuno, Silky la mandó fuera de casa con bastante ropa abrigadora y el cesto para traer las cosas para Yule; claro que Ruth le hizo compañía, pero en aquellos momentos no podía sentirse más sola, durante el resto de la mañana no pudo evitar recordar el cómo había sido Yule el año pasado; recordaba bastante bien cada palabra que Elías le dijo para explicarle todo acerca de aquella curiosa festividad; dejó que el tiempo pasara manteniendo aquellos recuerdos vivos en su memoria y de un instante a otro, se vio a ella misma regresando a casa con la cesta llena sin saber en qué momento había recolectado todo aquello que precisaba.

-Chise, ¿Estás bien?- Preguntó Ruth caminando a su lado a través de la nieve.

-Hmm - Respondió asintiendo lentamente con la cabeza; aún su mente se hallaba lejos, pensando en lo que le había dicho su familiar el día anterior.

Flashback.

-Si ll-llego... - Las palabras de Chise se atascaban en su garganta y le pesaban como piedras; se hallaba en el suelo tras que Elías había cortado con el contacto por medio del agua, ya que había llegado aquella chica, el tono de voz de la misma se quedó grabada en la memoria de Chise al igual que el recuerdo de Elías que viendo a la joven irrumpir en la escena se había ruborizado, se mostró incómodo; aquello que sentía era como un metal calentado al rojo vivo que quemaba su piel; Chise hasta ahora no había visto tal expresión en el mago, no lo había visto ruborizarse. – Si algún día me encuentro con esa no sabré de lo que soy capaz.- Dijo apretando los dientes; Ruth que se hallaba a su lado soltó un suspiro de cansancio.

-No me extraña.- Comenzó Ruth.

-¿Qué quieres decir?- Volteó Chise aún molesta.

-Es hombre Chise, uno que estaba preparando una sorpresa para su prometida y la sorpresa se la llevó él; no es de extrañar que quiera reafirmar su masculinidad pagando con la misma moneda.

-¿T-tú... tú crees que esté con una mujer en ese contexto? Elías... él... es tímido... yo... -Chise no quería siquiera imaginar que algo así podía suceder con Elías y esa chica.

-Chise, él no es tímido; es respetuoso que es muy diferente, ese viaje a París no era por nada, su intención era llegarse a abrir contigo; si te sirve de consuelo, seguro que con esa mujer sólo es por placer y por compañía en un momento amargo de su vida.

-Elías no puede enamorarse de esa chica... ¿no? Apenas la conoce... y... y un romance no se puede construir a partir de la intimidad ¿No es así?- La pelirroja esperaba mucho que la respuesta de su familiar fuera un tanto consoladora.

La Rosa sin Espinas. Parte 1.Where stories live. Discover now