P e q u e ñ a s c o s a s ― BTS.

T a e ' s D a y part 2.

— Sí, claro, Hoseok, ¿me parece que quiero ir a esa fiesta? — Se encogió de hombros casualmente como si esperara que rechazaras su invitación.

— No, pero Jin estará allí.

Bien, eso llamó tu atención. Antes de que Seokjin se hubiera mudado a Busan para la universidad, era como el hermano mayor que nunca tuviste. Siempre te dio el mejor consejo, además de Namjoon, por supuesto, y siempre te dio pequeñas palmaditas en la espalda cuando te sentías deprimida. No lo has visto durante unos meses y, sinceramente, te arriesgarías a encontrarte con él de nuevo, incluso si eso significaba ir a esta estúpida fiesta.

— Bien voy a ir. Pero solo para Jin. — Hoseok sonrió alegremente.

— Bueno. ¡Te recogeré a ti y a YoonGi a las 7! ¡Nos vemos! — Gritó por encima del hombro mientras corría hacia la cafetería.

Fue una hora antes de la fiesta que YoonGi llegó a tu casa, y estabas un poco avergonzada de abrirle la puerta con pijamas. Se había reído de las zapatillas de tu conejito y no dejaría de molestarte hasta que le arrojaras una de ellas.

— Está bien, estoy listo. ¿Cómo me veo? — Preguntaste cuando ingresaste a la sala de estar, donde YoonGi se sentó a través de sus canales. Simplemente levantó la vista y se volvió hacia la televisión, pero después giro su vista a ti de nuevo y te miro con ojos muy abiertos, haciéndote reír. Te giraste un poco en broma cuando YoonGi se puso de pie, acomodándose los pantalones.

— Te ves hermosa. — Sonrió genuina mente. Estaba a punto de decir algo más antes de que el timbre lo cortara. Corriendo hacia la puerta y asegurándote de tener todo, saliste para ser recibida por Hoseok.

— ¡______! Te ves dinamita. — Bromeó mirándote de arriba abajo. YoonGi salió un minuto después, cerrando la puerta detrás de él.

— ¡Hoseok! — YoonGi sonrió, dándole a Hoseok una de esas cosas de "abrazo". Hoseok le dio una palmada en la espalda y te llevó a su Cadillac negro. El viaje a su casa definitivamente no fue silencioso, con los dos niños cantando a pleno pulmón.

"DA KKOMJJAK MARA DA KKOMJJAK MA DA KKOMJJAK MARA DA KKOMJJAK MA ONEUL BAM KKEUTJANG BOJA DA KKEUTJANG BWA ONEUL BAM KKEUTJANG BOJA PPANGYA PPANGYA PPANGYA!"

Te reíste mientras gritaban el papel de G-Dragon en BANG BANG BANG. "Realmente son idiotas".

20 minutos y 5 canciones más tarde, llegaste a la casa de Hoseok, la fiesta ya en pleno apogeo. YoonGi, siendo el caballero que es, te abrió la puerta del coche y te guió por el camino de piedra de Hoseok, que era terriblemente difícil caminar con tacones.

Una vez que entraste en la casa sentiste que el piso vibraba debajo de ti. Podías ver a todos y cada uno de los estudiantes perderse esta noche, y casi te sentías avergonzada por ellos.

— ¡Voy a ir por una bebida! — Gritaste para que Hoseok y YoonGi te escucharan, estos asintieron y te dieron el visto bueno. Te empujaste a través de la multitud hacia la cocina, que parecía menos concurrida y donde la música no era demasiado alta.

Lo que no esperabas era sentir una mano fría agarrando tu muñeca y metiéndote en un cofre duro. Pensaste que era un tipo espeluznante que intentaba golpearte, pero en lugar de eso viste a Taehyung.

— ¡Ugh, Taehyung! ¡Bastardo, me asustaste! — Golpeaste con puño apretado en su pecho cuando te dejó ir y te envió otra de sus sonrisas desagradables.

— Hola princesa. — Saludó, acercando su cara a la tuya. Sin embargo, lo apartaste y te dirigiste a la mesa donde estaban las bebidas. Ni siquiera tuviste la oportunidad de servirte no obstante una taza roja solitaria llena de líquido transparente se colocara frente a usted, sorpresa sorpresa Kim Taehyung.

— ¿Qué? — Preguntaste, agarrando la taza y agitándola alrededor del líquido de aspecto dudoso.

— Prometo que no le escupí — dijo antes de tomar un trago.

— El solo hecho de que hayas dicho eso me hace pensar que le has escupido a esto Taehyung.

— Dramática. bebe, anda. — Empujó la taza hacia tus labios forzándote a que bebieras todo. Lo apartaste una vez que pusiste una cara de disgusto y sacaste la lengua. Después de eso, él sostuvo otra taza para ti, esta vez con un líquido marrón dentro.

— ¿Estás tratando de emborracharme, Kim Taehyung? — Preguntaste con suspicacia, mirándolo.

— Tal vez, eres muy linda. — Guiñó un ojo antes de quitarse la gorra azul. Casi te atragantaste viendo todas sus facciones. Bueno, estaba tan fascinantemente guapo.

Te acercaste a él, sintiendo ya los efectos completos del alcohol que te dominaba. Siempre fuiste un peso ligero.

— ¿Crees que soy linda? — Preguntaste, presionando tu cuerpo contra el suyo. Él zumbó en aprobación, enterrando su cara en tu cuello y tomando tu olor. Tus manos juntaron su camisa mientras sentías que sus labios rozaban tu piel. — Apuesto a que ya me amas. — Se burló en tu cuello, alejándose un poco para mirarte a los ojos.

— Como si eso pasara. Yo jamás me enamoraría de ti. —Dijo Taehyung con una voz asquerosamente dulce. Sonreíste con suficiencia hacia él.

— Apuesto a que lo harías. — Lo desafiaste, levantándote y acariciándole la nuca. Un gruñido bajo escapó de su garganta mientras tiraba de tu cabello.

— Muy bien, entonces princesa...Vamos a hacer una apuesta...

Ni siquiera le dejaste terminar lo que iba a decir antes de que tus labios se colocaran en los suyos. Sus manos encontraron su camino hacia tu trasero mientras pones más fuerza en el beso, pero a Taehyung no parece gustarle esto. Parecía el tipo de tener el control.

Antes de que lo supieras, te tenía atrapado entre él y la mesa. Solo para molestarlo un poco más, te castigarás contra su presupuesto. Gemiste en su boca cuando una de sus manos encontró la parte de atrás de tu cabeza, tirando del cabello y obligando a tus caras a acercarse, como si eso fuera posible.

Rompiste el beso mientras ambos contaban la respiración. No podías creerlo. Acabas de besar a Kim Taehyung. Él te sonrió. Si hubiera sido esta mañana, hubieras querido golpear su cara pero ahora, no te podía parecer más irresistible.

Lo empujaste por el pecho, sin romper el contacto visual.

— El primero en enamorarse pierde, ¿trato? — Preguntó, observando mientras te alejabas unos pasos de él.

— Trato.