13. ¿Puedo odiarte?

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—Es un sueño, seguro es un sueño aunque, si lo es, no me quiero despertar, por favor, que la alarma no suene, que no amanezca nunca, por favor...

Deseaba una y mil veces mientras me dejaba llevar por aquel beso del cual, ni Shin-chan ni yo queríamos terminar. Nos alejábamos un poco para poder recuperar el aliento pero, con solo volvernos a ver a los ojos un instante, bastaba para que quisiéramos nuevamente volver a tomar los labios del contrario.

Cada beso era tan dulce que quería saborearlo cada vez más, quería más de ese envinado aliento y esa lengua que jugaba con la mía, explorando, robándome mi saliva y compartiéndome de la suya, compartiendo cada suspiro, incitándome...

— ¿¡Incitándome!? —Reaccione un poco del ensueño en el que me había metido, sobre todo al reaccionar y encontrarme ahora debajo de él, quien ya había colado una de sus manos por debajo de mi piyama y comenzaba a jugar con mis pezones.

No fue hasta sentir un poco el dolor de ser pellizcado en esa parte que me percate que no estaba soñando, no era un sueño, en verdad estaba sucediendo. Quise entonces, pensar y razonar un poco en la situación, después de todo, no era normal y mucho menos el lugar adecuado, pero al tratar de detenerlo un poco y de hablar con él no salió otra cosa de mi boca más que un gemido, ya que Shin-chan, ágilmente y sin que me percatara, había colado su mano izquierda dentro de mi pantalón y tomado mi miembro.

— ¿Te gusta cómo se siente mi mano? —Me preguntó entonces al oído con una voz bastante excitada y provocativa.

— ¡E-estúpido Midorima...! —Le alcance apenas a reclamar para después perderme en la exquisita sensación que provocaba en todo mi cuerpo su toque y el movimiento con que era bombeado esa parte.

—¿Mmmn...? ¿Qué sucedió con el lindo apodo de "Shin-chan" de antes? —Me dijo mientras se ajustaba sus lentes con su otra mano y que amenazaban con caerse.

No, le pude contestar, ya que con mi agitada respiración y mi mente flotando inmersa en solo querer sentir su toque, no pude protestar nada o más bien no quería hacerlo, después de todo mi sueño se estaba volviendo realidad, Shin-chan había despertado y era solo mío, iba a ser solo suyo.

Pero, de nueva cuenta fui demasiado optimista y, el peso de Midorima cayendo sobre mí, aprisionándome y el roce de sus gafas rasguñando una de mis mejillas, me hicieron recordar que el hombre estaba borracho y como todo borracho, se había quedado dormido, dejándome completamente a mí despierto de ahí abajo.

—¿Shin-chan? ¡Shin-chan! ¡Midorima! ¡Midorima Shintaro! —Le hable tratando de despertarlo, estaba decepcionado, molesto y confundido y lo peor, atrapado de bajo de él y créanme, una persona así de inconsciente pesa como los mil demonios.

Me tomo bástate tiempo poder salir por uno de los costados de la cama así que, cuando lo logre zafarme, me quede sentado en el piso recuperándome por el esfuerzo y meditando sobre lo que había sucedido: Si no es un sueño, y realmente ya recordó todo... qué cara debía de poner cuando despertara, ¿qué le debería de decir? ¿Me diría algo sobre Akashi, me preferirá más a mí que a él o...?

—¿Me elegirá a mí, tendría alguna posibilidad? —Me preguntaba mientras mis recuerdos volvían hasta hace unos momentos, a recordar de nuevo su voz diciendo mi nombre, sus besos y carisias, todas y cada una solo para mí.

Todos esos lindos pensamientos hicieron que de nueva cuenta mi amigo de mi entrepierna despertara felizmente por lo que tuve que correr de nueva cuenta al baño para calmarlo.

Ah, esa noche no pude dormir casi nada, estaba ansioso, después de todo, no sabía como sería nuestra relación a partir de ahora. Así, al verlo despertar, un fuerte escalo frio recorrió mi cuerpo y ahí estaba yo, esperando, mirando como iba acomodándose en la cama, ajustando sus lentes, como observaba molesto que los vendajes de su mano izquierda estaban desacomodados.

Mi novio es un fantasmaWhere stories live. Discover now