⚕️Preocupada⚕️

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Narra ________. 

Los rayos de sol se filtran a través de las ventanas, invadiendo cada rincón de la habitación en la que me encuentro. Me remuevo incomoda bajo las sábanas deseando que este insoportable dolor de cabeza desaparezca, al igual que la irritante luz diurna. Abro los ojos con dificultad, percatándome de que no estoy en la habitación de Axl, miro debajo del cobertor que cubre mi cuerpo.

Mierda, mierda y más mierda. Estoy tal cual Dios me trajo al mundo.  

Bruscamente me levanto de la cama, cubriendo mi desnudez con una de las cobijas. Miro el hombre que yace del otro lado de la cama, encontrándome con la espalda delgada de Angus. Reconozco su cabello crespo y la palidez de su piel. 

No pierdo mi tiempo buscando a alguna tonta explicación a mi comportamiento de ayer el cual deja en evidencia mi inmadurez emocional y cognitiva cuando una gota de alcohol sucumbe mis sentidos. 

Busco mi ropa y me visto a la velocidad de la luz. No quiero darle la cara a Angus, principalmente porque nada de esto debió pasar, todo fue producto de los tragos de más, del despecho y de mi inigualable habilidad para tomar malas decisiones.  

Salgo de la habitación evitando hacer algún ruido que alerte al hombre que aun duerme como un dulce bebé. Me encamino a la salida, trato de no llamar la atención, por suerte paso desapercibida, ya que no soy la única mujer que abandona los cuartos con los tacones en mano y expresión de arrepentimiento reflejada en el rostro. 

Salgo del edificio y tomo un taxi. Tal vez en un futuro tenga la suficiente valentía y lucidez para enfrentarlo y darle una explicación del porque me fui sin decirle nada. Me siento horrible, jamás en mi vida vuelvo a consumir una gota de alcohol, cada vez que tomo por despecho, termino cometiendo errores de los cuales me arrepiento. 

Llegó a la casa, aun con una insoportable jaqueca taladrándome la cabeza. Una vez adentro puedo ver a todos, a Axl con Erin, Duff estaba con Mandy, Steven, por otro lado, estaba viendo televisión con un paquete de Popcorns.

Me senté al lado de Steven y con una almohada tape mi cara.

—¿Quieres una aspirina? —Escuché la voz de Steven, asentí lentamente mientras seguía con el rostro cubierto con el cojín.

—Creo que fue una noche algo agitada para ti —Ignore el comentario de Erin. Quiero suprimir las lagunas mentales que me dejo la borrachera de anoche. No recuerdo nada de lo que paso y eso solo me pone peor de lo que ya estoy. 

—Me quiero morir —Steven me paso un vaso de agua y una aspirina. La tomé rápidamente para después dirigirme a la cocina por algo de comida. Era justo y necesario, mi estomago estaba suplicando a gritos algo de comida. 

Decidí tomar una ducha, luego me coloqué algo fresco y cómodo para estar en casa y de paso, poder pasar esta cruda del demonio, la cual también viene en compañía de arrepentimientos y lagunas mentales de muy mal gusto. 

Regresé a la sala esperando encontrar a Slash allí, pero me llevo una gran decepción al notar que él no ha dado señales de vida desde que llegué. El corazón se me comprime, no recuerdo absolutamente nada de lo que ocurrió anoche y temo que una de esas odiosas lagunas mentales que trato de evitar, sean porque discutí con él. 

—¿Dónde está Slash? —Le pregunte a Steven, es su mejor amigo, de seguro debe saber dónde está.

—No se —Responde sin apartar los ojos del televisor. Que gran ayuda. 

—Creímos que estaba contigo —Intervino el edificio rubio. 

—No crees que, si hubiera estado conmigo, estaría acá —Le dije con evidente ironía. 

—Tal vez este en su habitación —Nos interrumpió Izzy, mientras afinaba su guitarra.

Me dirigí a su habitación la cual está ubicada al lado de la de Duff, golpeé la puerta en repetidas ocasiones, pero nadie atendió mi llamado. Espere un par de segundos, pero nada, ni una respuesta, lo peor de todo es que escuchaba música del otro lado. Me resigné, tal vez se encontraba con otra chica, o quizá estaba profundamente dormido como para escucharme, no seguí insistiendo, me di media vuelta dispuesta a regresar con los chicos.

—¿Qué quieres? —Slash se asoma en el umbral de la puerta. Tiene unos vaqueros desgastados en las rodillas, una camiseta de Mistfits, unas botas texanas y el cabello ondulado recogido en una coleta desaliñada. Su rostro descubierto provoco un vuelco en mi corazón, lucía extremadamente. Sin embargo, el olor que desprendía su habitación no era muy agradable, era mezcla entre tabaco, licor barato y perfume, no logro distinguir si es una fragancia masculina o femenina. 

—Simplemente quería saber cómo estabas —Suelta una sonrisa irónica. 

—Qué raro, ayer no te veías preocupada por mi bienestar —Siento un nudo en el estómago. Está molesto conmigo y no sé cómo enmendar mi error cuando no tengo ni la más remota idea que fue lo que hice para que comporte distante. 

—Slash, no recuerdo nada de lo que sucedió anoche —Me excuse. 

—¿No recuerdas nada? —Se cruza de brazos—. Anoche te note más lucida de lo habitual. 

—Ya te dije que no recuerdo nada de lo que sucedió anoche ¿Sí? Me disculpo por lo que sea que haya pasado entre nosotros. 

—No voy a tener está conversación contigo en medio del pasillo —Me toma del brazo y me mete a fuerzas a su cuarto. 

Nunca había estado en la habitación de Slash, las paredes se encontraban pintadas de un tono claro a duras penas visible debido a la cantidad de posters y cuadros que decoran los muros. El orden y el aseo no son palabras que conozcan esta manada de desadaptados, por lo que fue lo más normal de mundo ver colillas de cigarrillos, bolsas con droga, botellas vacías o a medio terminar. Su cama está desorganizada, sobre ella reposa su guitarra, un cuaderno con partituras escritas y una caja de cigarrillos nueva. 

Lo que más me llamo la atención fue su inmensa cantidad de discos de vinilo y casettes. La colección de películas de terror y también las pornográficas, ocupan gran parte del estate, sin embargo, opté por apartar la vista de ese exagerado arrumé de caratulas con mujeres desnudas en las portadas. 

—¿La pasaste bien con Angus? —Pregunto con un muy evidente tinte de molestia en su voz. 

—Estaba muy ebria —Recorrí la habitación deteniéndome en la única ventana que se encuentra cubierta por una cortina oscura—. ¿Lo que hice fue tan malo? 

—No —se sienta en la cama—. Simplemente me echaste en cara algunas cosas que me hubiera gustado conocer de otra manera. 

Silencio. Ninguno de los dos dice nada. 

—Yo también te dije cosas que no debí decir y que interpretaste mal —Se coloca un cigarrillo en medio de sus labios, me ofrece uno, pero lo rechazo. Hoy no me apetece meterle a mi cuerpo ningún tipo de sustancia. 

—Lo lamento —Digo en un hilo de voz. 

—Está bien —Suelta el humo por la boca—. Ambos cometimos errores, ahora debemos enmendarlos. 

Se levanta, lentamente se acerca a mí, acorralándome contra la pared. Su altura no tiene competencia con la mía, mi metro sesenta tiembla cuando se percibe en medio de su torso delgado y un muro. Su mano acaricia mi mejilla con suavidad, el tacto gélido me eriza la piel y el corazón late desbordado en mi pecho. 

—Mi mundo ahora está girando al rededor tuyo... No eres una más, quiero que seas mi todo. 

─♡─


Fuck you. [Slash & tu] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora