Literatura por los suelos

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Una bola de papel salió volando en dirección al cesto de basura que se encontraba a en la esquina de la habitación, acumulándose así, más bolas de papel.

Un gruñido lleno de frustración llenó el silencio en la habitación y un gemido de resignación se hizo presente al poco rato.

—¡Me rindo! Es imposible, no puedo hacerlo.—lloriqueó el muchacho frente a su escritorio, mientras se inclinaba y se dejaba caer en el montón de hojas regadas.

Lo único que quería hacer era terminar el maldito ensayo y así poder demostrarle al Señor Park que podía hacerlo y que no era un burro como de seguro pensaba de él.

A pesar de que ya le había regresado el ensayo ya dos veces.

¿Qué carajos estaba haciendo mal?

"Si voy a hacer economista, ¿por qué necesito hacer esta cosa?". Pensó.

Sin importar cuánto le daba vueltas al asunto, la única respuesta que se le venía a la mente era que le caía mal a su profesor.

Porque no había de ninguna manera de que solo a él le regresará el trabajo. ¿Acaso no podía hacer como aquellos profesores que pasaban a sus alumnos solo por asistir?

Debía de admitir que no era la materia que más le importaba. Solo la tomaba porque así marcaba su horario, y tenía que pasarla si quería graduarse. Y no solo eso, debía de pasarla con buena nota si quería tener sus buenas, no, perfectas calificaciones intactas.

Aún recuerda la vez que el maestro le regreso el trabajo la primera vez, estaba tan enojado porque él creía que era un trabajo digno de presentar.

Al parecer su profesor no pensaba lo mismo, porque cuando lo revisó, un montón de tachas y subrayados aparecían sobre su trabajo.

Si bien no le dedico el tiempo que varios de sus compañeros le dieron, él estaba completamente de acuerdo con que su trabajo se merecía el diez.

Así que con paso decidido y con toda la indignación posible, se paró frente al escritorio de su profesor de literatura.

—Maestro, disculpe que lo moleste.— habló lo más amable posible. No podía darse el lujo de ofender a su profesor si de él dependía su calificación.

El profesor Park alzó la vista de los trabajos que estaba terminando de revisar y se acomodó las gafas sobre el puente de su nariz. Él no iba a admitir que su profesor se veía sexy cada que las gafas se le resbalaban cuando se inclinaba.

—¿En qué puedo ayudarte?

Y tampoco iba admitir que cuando escuchaba su voz un revoloteo surgía en su estómago. Como tampoco admitiría que tal vez, solo tal vez, su profesor de literatura le atraía solo un poco.

—Vera Profesor, usted ha entregado varios ensayos calificados.— se aclaró la garganta y alzó su ensayo para mostrarlo al docente.— cuando estaba revisándolo, me di cuenta de que tiene muchas líneas rojas y arriba dice corregir.

Agarró el portafolio donde estaba guardado su ensayo y lo abrió para mostrárselo a su profesor, para hacer hincapié a lo que le decía. Este solo lo miraba sin expresión en su rostro esperando a que continuara.

—Claramente dice corregir.— atino a decir Park, esperando saber qué era lo que no entendía su alumno.

—Por eso.— acabó por decir.— quiero saber ¿Por qué?

Jimin se acomodó en su asiento y trato de retener un suspiro. Al parecer siempre tenía que a ver alguien que no estaba conforme con su calificación, a pesar de que él se había tomado el tiempo de marcar todos los errores que habían provocado que no tuvieran una calificación aceptable.

Literatura por los suelos. [Jikook] Where stories live. Discover now