1. Symptoms

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Cientos de sonidos juegan en la bruma que es la cabeza de Jeno, como un montón de insectos revoloteando en su oído: pasos, conversaciones, risas, la carne de la cocina friéndose en la sartén, la caja registradora abriéndose, monedas tintineando, más risas, más conversaciones, platos, cubiertos.

Está en la cafetería de la facultad de medicina. A su lado, Renjun, su hermanastro. Ambos almorzando juntos antes de separarse cada quién a sus clases, pero Jeno ya no puede evitar que el ruido taladre su cabeza y le haga cerrar los ojos con fuerza, buscando alejarlos de su mente.

Abrumador, invasivo. Los sonidos logran perturbar su concentración y permanece quieto, intentando identificar el sabor de su propia comida. Su mente tarda más tiempo de lo usual en diferenciar los estímulos de un sentido al otro.

Risas, caja registradora, pasos. Mochilas aterrizando en el piso, una bandeja cayendo al suelo. Gritos del mostrador a la cocina; risas, quejidos, murmullos, la carne en la sartén. Renjun masticando, su teléfono y el de decenas de estudiantes anunciando una notificación tras otra... hasta que los sonidos terminan por difuminarse para pasar a segundo plano, luego de un largo pitido que resonó sobre sus orejas.

Lo que pareciera ser una tortura interminable, apenas fueron escasos cuatro segundos. El insoportable escándalo terminó por convertirse en una melodía de fondo, y como si una telaraña gigantesca se hubiese apartado de sus ojos, pudo enfocar mejor la mirada en su propia comida.

Antes, el filtrar los sonidos en su cabeza no implicaba esfuerzo alguno. Podía identificarlos todos, como cualquier otro ser humano capaz lo haría, solo que él podía concentrarse en unos pocos a gran escala. Su mente era capaz de ello y mucho más.

Jeno notó el cambio en su sistema muy fácilmente. La extraña sensación en su cuerpo, especialmente en su cabeza y su humor. A pesar de que continuaba conviviendo con todos como siempre, él sabía que ya no era el mismo. Los dolores no le hacían sentirse como lo que antes solía ser, sino como un autómata huraño que luchaba por aparentar no haber cambiado en absoluto.

Su mente estaba transformándose, su cabeza entera retumbaba con fuertes latidos que navegaban de sur a norte y de norte a sur. A veces la marea iba alta, otras veces, era una tormenta de migraña, y en muy pocas ocasiones era un mar calmo, apaciguado que, no obstante, escondía cientos de monstruos en el fondo.

Jeno llevaba semanas intentando ignorarlo, a pesar de que las señales de alarma le indicaban que debía consultar a un especialista. Él por sí solo no podía determinar cuál era el motivo, y eso era lo más tormentoso. Para un genio, tener la respuesta perdida entre cientos de probabilidades como una aguja en el pajar, era lo más difícil de todo.

-¿Has escuchado del cambio en los dormitorios? -Renjun está encorvado, su mirada apenas dirigiéndose a Jeno, quien prestó atención a su hermanastro, mayor por unos meses y estudiante de neuromedicina de cuarto semestre. El menor aparta la mirada del plástico gris de las mesas de campo y endereza su postura, ignorando la ola de molestia que ataca desde su occipital hasta su temporal izquierdo, desde la nuca hasta la oreja. Su visión tarda tres segundos en enfocar a su hermanastro, y se concentra en que el pitido en sus oídos desaparezca.

- ¿De qué se trata?

Ambos hablaban en chino, para más privacidad. A Jeno le había tomado dos semanas aprender fluidamente el idioma para beneficio de su hermanastro, a quien conoció cuando ambos tenían apenas seis años. Renjun no hablaba una palabra en coreano, pero Jeno se esforzó en lograr que aprendiese paulatinamente.

Al menor no le molestaba hablar en su segundo idioma, hasta podía decir que le agradaba más el sonido africativo predominante, a diferencia del de su lengua materna.

HYPER (brain damage) | nominWo Geschichten leben. Entdecke jetzt