Despertar

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Me encontraba sobre algo muy caliente, duro y muy suave, fui abriendo los ojos lentamente, analizando en donde me encontraba ya que recordaba poco a poco lo que sucedió. Estaba sobre una cama muy grande al lado izquierdo había una chimenea a la derecha una cómoda sobre ella había flor, una rosa coral, era muy bella, pero no es momento de ello ¿qué hago aquí? esa sería la principal duda.

Antes de salir de aquí al frente de la cama en la pared había una bandera con el emblema de la tribu de los ogros.

Ahora lo comprendía un poco mejor, estaba en la tribu de los ogros; los ogros son muy conocidos por ser grandes guerreros en las batallas, son muy poderosos en ese sentido, pero por el otro lado, ellos raramente se dejan ver no socializan mucho con los humanos y con otros seres "No convivir con el enemigo" esa es su regla más importante, normalmente en este mundo todos convivimos entre especies y a menudo me visitan en mi aldea debido a que soy muy conocida por ser curandera, debido a que nací con magia curativa, lo cual es muy raro ya que solo entre criaturas se da la magia, raramente en humanos, cuidadosamente me fui levantando de la cama sin darme cuenta que, mientras me levantaba la puerta se deslizo rápidamente, dándome un susto, de ahí salio un ogro era alto su cabello largo y negro llegaba hasta la cintura, una yukata negra, tenía un cuerno grande y de color negro metálico en su frente, un monto de piercings en la cara, daba un poco de miedo.

-Oye, si ya terminaste de verme, ven conmigo ahora, nuestro líder necesita de tu magia, humana.

Automáticamente lo seguí, mientras me perdía en mis pensamientos 

¿Ogros pidiendo mi ayuda? ¿A una humana como yo?

¿Por qué?

Después de seguir al ogro llegamos a una habitación más grande parecida a la mía, en donde desperté, solo que era roja había un ropero y un gran balcón que daba al exterior.

En el centro de ella había un ogro de cabello rosa que estaba acostado, su frente sudaba, murmuraba delirios y cada vez se veía más pálido.

-Bien ya estas aquí con el jefe, ayuda- y se puso al lado de mi, me acerque poco a poco y empece a revisar los síntomas, no había duda, estaba envenenado. 

Gracias por leer.

Dedicado a MartyPadilla

La novia del ogroNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ