Capitulo 1 - Un Dios muy excéntrico

951 59 33
                                    

 No tengo demasiado que decir, solo que disfruten de esta historia.

 Como dije en el summary, me basé en la historia de stooluisk, la cual tiene por nombre: Issei Hyoudou: La muerte es solo un nuevo despertar. No soy mucho de leer historias de HSDXD, pero sinceramente, está bastante buena. Aunque el hecho de que cambien a Issei por Undertaker lo mejora aun más :v.

 Naruto Uzumaki un chico huérfano de dieciocho años, de bajos recursos y el que no tiene la mejor vida. Se encontraba en su muy restringido departamento, mientras se rascaba su cabello dorado, el cual estaba algo sucio. No sabía que hacer, tenía muchas deudas y con cada día solamente aumentaban más y más.

-¿Como iré a hacer con esto?-. Se preguntó a si mismo, mientras veía las diversas facturas que tenía que pagar. Todo lo que debía era más de lo que ganaba en un año. Decidiendo no romperse más el cerebro, tiró los papeles al suelo, para acostarse en su cama, tratando de dormir.

 Toda su vida se la pasó viviendo en un orfanato, aunque cada vez que preguntaba por sus padres, siempre le respondían que no sabían quienes eran, y no es porque no lo quisieran lastimar, es porque de verdad no tenían la menor idea de quienes eran. No había ni un solo registro en todo Japón sobre el apellido Uzumaki que no fuera ficción.

 A pesar de las circunstancias que vivió en su niñez, es decir, en un lugar poco conocido y por ende que no se puede sustentar bien. Siempre logró una manera de aprender, es más, según esas vírgenes mojigatas que tienen por nombre mojas, su intelecto era muy desarrollado, ellas fácilmente podían decir que eran la persona más inteligente que conocían, y eso que estamos hablando de un niño de solo ocho años. En fin, el tiempo pasó y a la edad de quince se fue del orfanato, para empezar a trabajar, siguiendo así por los próximos tres años.

El ojiazul dejó de soñar con su pasado, para ir abriendo lentamente sus ojos, sintiendo un fuerte dolor de cabeza. Se levó de su cama, para caminar hasta un espejo que tenía en su habitación para verse.

 Un chico un tanto bajo para su edad, bastante delgado debido a su mala alimentación, con el cabello rubio y ojos azules, con unas raras marcas en las mejillas y con una piel un tanto bronceada. No se podía negar, era muy atractivo, aunque su mal estado le quitaba una parte de este.

  Estuvo viéndose un rato, hasta que suspiró, para luego alzar una de sus cejas al oír como las personas que vivían en el edificio gritaba con pavor, para luego oler el innegable olor a... ¿humo?.

 Rápidamente se dirigió a su puerta, para abrirla y notar algo que realmente lo hizo sentir miedo. El piso en donde estaba, y el edificio en general se estaba quemando. Se quedó paralizado, viendo con horror lo que estaba sucediendo en su edificio, hasta que por fin reaccionó y haciendo una decisión, que según quien la juzgase diría que era muy valiente o muy estúpida, salió de su cuarto, tapándose la cara con uno de sus brazos, para evitar que tanto aire tóxico entrara en sus pulmones.

 Como pudo caminó por el pasillo, con una visión muy ilimitada, para llegar en poco tiempo a las escaleras, las cuales bajó con relativa rapidez. Cuando estaba llegando al tercer piso, tuvo que retroceder, al ver como pedazos de madera caían y rompían todo el suelo de ese piso, y empezando con el de abajo.

 Ahora si que estaba jodido, no sabía literalmente que hacer. Se quedó pensando un momento, y lo único que llego a concluir, era que tenía que saltar. Se quedó un momento viendo el fuego, pensando en todo lo que había pasado.

 Se asustó cuando un pedazo de madera ardiente cayó atrás suyo, y sin nada más que meditar, se lanzó, aun cubriendo su rostro. Cuando su espalda tocó el suelo sintió un profundo dolor, pero ahora no podía si quiera pensar en ello, pero, cuando estaba a punto de levantarse, el suelo nuevamente se rompió, haciéndolo caer hacia el primer piso, el cual no tardó en hacer lo mismo que el anterior.

La muerte no es eternaWhere stories live. Discover now