•°○°•XVI•°○°•

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ChangKyun corrió al segundo piso y de allí hasta el final del pasillo, donde las escaleras que conducían a la terraza esperaban. La reja que evitaba el paso estaba abierta, lo cual solo logró alentarle un poco mas, pues eso significaba una chance mas de que HoSeok estuviese allí. Pronto se encontraba subiendo, de a uno, de a dos peldaños a toda velocidad. Sus pulmones apenas podían juntar aire y las piernas le escocían; había estado corriendo bastante rato, pero aún así no bajaba el rítmo. No podía hacerlo.

Quería ver a HoSeok. Necesitaba verlo cuanto antes, aunque no tuviera en claro el por qué. La terraza era su última opción. Si no estaba allí, sentía que  todo terminaría.

《 ¿Qué es lo que termina Chang? 》 preguntó la vocecita en su cabeza.

¿Su amistad? Eso había acabado hacía tiempo... Pero ¿entonces qué? Es decir, no había nada por terminar. Y sin embargo sentia aquello darle vueltas en la cabeza y oprimirle el pecho.

Al llegar al final de las escaleras se encontraba una puerta metálica de color rojo, la cual abrió de una patada.

Salió al aire libre y el fresco viento le recibió, aliviando levemente el calor que le invadía el cuerpo entero.
Respirando con dificultad, una mano sosteniendo su cabeza como si esta fuese a caer, miró en todas direcciones con desesperación hasta que finalmente dio con HoSeok.

El chico que tanto deseaba ver estaba parado allí, mirándole fijamente, la boca abierta de sorpresa. El viento mecía su cabello, la tibia y amarillenta luz del sol se colaba por su silueta creando un bello juego de sombras en él; el cielo celeste y la preciosa ciudad de fondo.

- ¿Chang?

Fue como el disparo en las maratones: apenas oyó su nombre, el castaño salió corriéndo al máximo de su capacidad y acabó con la poca distancia que los separaba. Al llegar donde HoSeok se abrazó a su cuello y sin pensarlo lo besó.

Y HoSeok le correspondió...

Y si, allí estaba. La chispa en su pecho amenazando con consumirle completamente; la selva amazónica entera haciéndo estragos en su estómago; su cuerpo derritiéndose lentamente; la gravedad dejando de cumplir su función.

Solo HoSeok era capaz de provocar todo aquello.

Él. Únicamente él.

Ahora lo comprendía. Este beso era lo que necesitaba, lo que le obligó a salir corriendo tras el mayor.
Este beso sería y era la respuesta a todos los interrogantes en su mente, en su corazón.

Ya no había dudas. Ni temor.

Estaba haciendo lo correcto.

Estaba con la persona correcta.

HoSeok era la persona correcta.

ChangKyun tenía el control de aquel precioso beso que compartían; movía su boca lenta y exigentemente, adorando como HoSeok respondía a ello, como aquellos fuertes brazos se envolvían en su cuerpo para apegarle a él.

Ambos maldijeron a la necesidad de oxígeno para vivir cuando este comenzó a escacear, y muy a su pesar se apartaron de los labios ajenos, jadeando.

HoSeok fijo su mirada en la de Chang y sonrió.

- ¿Caí... de la terraza?
- ¿Qué? -interrogó el menor entre suaves risas.
- Dime... dime que no estoy muerto...

El mayor unió sus frentes. La punta de su nariz rozaba levemente la de Chang.

- Dime que no es un maldito sueño y... que no desapareceras, ni saldrás huyendo.

El menor le regaló una sonrisa amplia y pronto sus labios volvían a buscar los contrarios, uniéndolos una vez más en un dulce beso.

¡Enséñame a Besar! [WonKyun, MONSTA X]Where stories live. Discover now