-Muy bien, ¿dónde está la cámara?- masculló Samira mirando hacia todos lados.

Sean miró a su hermana como si realmente ésta hubiera perdido la cabeza.

-¿Qué cámara?-

-¿De verdad preguntas?- refunfuñó ella- ¡Esto es una jodida broma tuya!

-¿Pero tú estás loca, Sami?- inquirió él- ¿Cómo mierda crees que voy a gastarte una broma como ésta? ¿Con lobos?

-¡Exacto!- chilló ella- ¿Cómo una loba como ella está interesada en mis vídeos?

Sean apretó fuertemente sus labios, evitando soltar una maldición.

Él odiaba la poco autoestima que poseía su hermana.

-¿Y por qué mierda no iba a estar interesada en tus vídeos?- le reprochó él con algo de furia- ¡Muchísimas personas te ven porque eres realmente buena!

Samira agachó la cabeza.

-No voy a discutir sobre mi autoestima una vez más contigo- susurró- ¿Tienes o no tienes nada que ver con esto?

-Yo no tengo nada que ver con esto, Sami- su hermano la atrapó entre sus brazos- Te lo juro.

Samira correspondió a su abrazo, diciéndose a sí misma que las cosas se calmarían en un par de horas.

-Así que...- murmuró Sean- Esa chica te ha gustado, ¿eh?

Samira hizo un pequeño ruidito, mostrándole así su desagrado por su descaro.

-Pues...- murmuró ella- Un poquito.

-Pues...- Sean la imitó- Ya sabes lo que tienes que hacer.

Samira se separó de él, mirándolo con el ceño fruncido.

-¿Hacer qué?-

Sean se encogió de hombros, restándole importancia a su pregunta.

-Tengo que terminar el maldito trabajo- refunfuñó su hermano- Nos vemos después, Sami.

-¡No te vayas!- gritó ella al ver como su hermano realmente se marchaba-¡Díme qué es lo que tengo que hacer!

-¡Ya eres grandecita, Sami!- chilló él- ¡Sabrás que hacer!

Acosar a su amigo para intentar llegar a ella.
Pensó sentándose nuevamente en el sofá, ignorando el portátil.

Era un sábado por la mañana, y el único que tenía que entregar un trabajo de la universidad era su hermano, así que ¿por qué no aprovechar?

-Allá vamos- murmuró para sí misma.

Revisó nuevamente las fotos del chico, sólo para asegurarse de que ella no estaba realmente allí.

Me habría dado cuenta la primera vez.
Ella no pasa desapercibida.
Pensó mientras observaba las fotos.

Únicamente salían los chicos que había visto en la historia.

Para su mala suerte, únicamente tenía agregado a tres personas como amigos, y ninguno el que ella estaba buscando.

-¿Y ahora qué?- inquirió en voz alta, comenzando a frustrarse.

Respiró profundamente, soltando su móvil.

-No la conoces, sólo mira tus vídeos y no hay ningún indicio de que le gustes...- dijo en voz alta para sí misma- Ni siquiera hay indicio de que le gusten las chicas, así que céntrate en tu objetivo de hoy.

Samira ©Where stories live. Discover now