.Capítulo único.

498 42 122
                                    


Jongin tiene cinco años la primera vez que ocurre.

El está jugando afuera, buscando gusanos, cuando un patrón en negro opaco se extiende por la parte interior de su muñeca izquierda. Sus ojos se agrandan a medida que las marcas de despliegan, cautivándolo. No tiene miedo, solo curiosidad, una increíble sensación de cosquilleo acompaña las delgadas líneas negras, de a poco revelando una pequeña, flor irregular de cinco pétalos, un tallo simple y una hoja torcida. "wow, bonito" susurra para sí mismo. La traza con su dedo cubierto de barro y se da cuenta que es plana, está grabado en su piel y no se mancha por el barro pegajoso. Huh. Cuando la mancha no muestra signos de cambiar, de seguir creciendo ni de encogerse después de que el patrón está completo, Jongin pierde interés, y vuelve a tarea de pelear con un tercer gusano.

Cuando su madre lo llama para cenar, le echa un vistazo a su sonriente hijo, bañado en tierra y lo manda a lavarse. Cuando se sientan a comer, ella nota la flor en el interior de su muñeca.

"Jonginnie, los plumones y los lápices son sólo para rayar el papel, cariño" dice ella con un chasquido de lengua.

"Lo sé, mami. No me lo dibujé yo" contestó él con la boca llena de arroz.

Ella lo mira incrédula pero no le da mayor importancia, recordándole que debe limpiarse bien a la hora del baño. Su padre dice que "lo deje ser un niño" y le envía a su hijo un guiño de complicidad. Jongin le sonríe de vuelta y ve cómo sus padres se comunican a través de una serie de miradas significativas, modulaciones de palabras y toques suaves, que terminan con su padre anunciando que él limpiará los platos y plantando un beso en la mejilla de su madre, a lo que ella se sonroja. Los padres son tan extraños a veces.

Después en el baño, él mira su muñeca, apoyada en el exterior de la bañera lejos del agua, porque... no quiere restregar las marcas de tinta negra. Jongin no sabe porqué, pero le gusta, se siente bien. Quiere conservarlo. Cauteloso, gotea unas gotas de agua tibia sobre el dibujo, preparándose para que cambie.

Pero se queda.

Sintiéndose valiente, le tira más agua a la flor.

Sigue ahí.

Riendo, Jongin sumerge su brazo completo en la tina y sonríe al ver que la tinta negra sigue ahí. Incluso intenta enjabonarlo con su gel de Pororo y no ve ningún cambio. ¡Es permanente! Termina su baño y salta a su cama, inexplicablemente feliz debido a su nuevo tatuaje. En la mañana sólo le dirá a su madre que no se la pudo quitar.

Pero cuando despierta, la flor se ha ido, sin dejar rastro, Jongin frunce el ceño, revisa sus sábanas para ver si es que se quitó mientras dormía, pero no ve ninguna marca borrosa. Decepcionado, se baja de la cama y se distrae con algunos capítulos de sus dibujos favoritos.

Otra aparece unos días después. Jongin la ve por el rabillo del ojo mientras juega con auto a control remoto por la sala de estar. La flor de color sable florece en su piel más o menos en el mismo lugar, el interior de su muñeca izquierda. Es casi idéntica a la anterior, pero esta vez tiene dos hojas, no solo una. Las líneas son un poco más derechas, también.

Sonriendo ante el patrón con orgullo, Jongin suelta su controlador y corre a su habitación. Dado que el último desapareció, Jongin quiere conservarlo. Sus padres le acababan de comprar un escritorio con lápices nuevos, cuadernos de dibujo y un diario de cuero. Tal vez es como una búsqueda del tesoro hecha solo para él, para encontrar esta flor especial en alguna parte. ¿Quién sabe? Intenta copiarla fielmente en su diario, con su lengua asomándose por la comisura de su boca en concentración mientras trata de que su pequeña mano de cinco años copere.

Signal Lost (& Found) [T R A D U C C I Ó N ] -KaiSoo-Where stories live. Discover now