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todoroki comenzó con un titubeo.

-lamentablemente, viví algo así de cerca.

bakugo, que había permanecido con los ojos en el viejo y grueso libro, elevó la mirada esta vez con curiosidad. se realmió los labios antes de hablar.

-¿que tan de cerca?

-demasiado -murmuró, soltando una risa sin ninguna pizca de gracia en ella.

apoyándose en la mesa con un codo, llevó la mano hacia su cabello bicolor y lo despeinó. maldijo internamente porque lo hacía siempre cuando estaba nervioso y costaba demasiado volver cada mechón a su lado correspondiente. el corazón de bakugo se aceleró ante tal escena y culpó a los efectos secundarios de la flor, que seguía en su cabello sin marchistarse.

-oye, imbécil -lo llamó. la atención de todoroki estaba nuevamente en él y no en sus zapatos -. no te estoy obligando a contarme nada, no tienes que hablar si no quieres.

-no, está bien, quiero que lo sepas.

-apúrate entonces, maldita sea.

-cuando mis padres eran jóvenes, solían estar profundamente enamorados. realmente, no lo creerías pero así era, y mi... padre tenía la costumbre de obsequiarle ramos de flores a mi madre en cada aniversario. un año antes de llevar a cabo la boda, tuvieron una pelea respecto a la obsesión del viejo por ser el mejor. mamá le pidió un tiempo. ¿y qué mejor solución que ofrecerle una maldita rosa lila acompañada de una falsa disculpa?

》mamá jamás lo abandonó después de aquello. ambos se casaron y ella no se alejaba de él aún cuando era constantemente abusada y... -no pudo continuar cuando su voz finalmente se quebró.

-suficiente, mitad-mitad -suspiró, reincorporándose en su asiento-. ¿tienes miedo de que algo así pueda pasarme a mí?

cuando shouto volteó a mirarlo con los ojos llenos de lágrimas, supo que bakugo estaba haciendo todo lo posible por no sucumbir ante los efectos de la rosa. no era el momento indicado, ambos lo sabían. uno de los iris del rubio se tornó de un púrpura brillante, mientras el otro se mantenía rojo-carmesí.

-no quiero que tengas que comportarte como alguien que no eres, ni que tengas que buscar mi atención todo el tiempo porque de otra forma sería muy difícil para ti tener un día normal.

-no voy a terminar en un maldito centro psiquiátrico, si es lo que te asusta -sonrió de lado.

la vista se le nubló levemente. todoroki observó como la pupila del ojo púrpura se dilataba.

-me asusta nunca encontrar un antidoto para ti.

-¿cómo se liberó tu madre de esta mierda? -preguntó, mientras corría la silla hacia atrás y se levantaba para caminar hasta todoroki.

-no lo sé, jamás se lo pregunté.

de nuevo, al igual que una semana atrás, katsuki se sentó en su regazo. pasó las manos por su pecho lentamente, hasta detenerlas en su espalda y mantenerlas allí. shouto lo sujetó de las caderas instintivamente.

-puedes ir a preguntarle cuando quieras. puedo acompañarte, si quieres.

sólo recibió un suave "mhm" como afirmación a la propuesta.

-tranquilo, shou, nada malo me pasará, ¿sí? -volvió a hablar el rubio, dándole un beso en la mejilla-. me gustaría poder hacerte sentir mejor.

me estás haciendo sentir mejor sin saberlo, pensó, mirando los ojos aún desiguales del chico.

katsuki comenzó a ordenarle el cabello. shouto, una vez más, embobado por el rubio, elevó una mano hacia su mejilla y la acarició. sonrió cuando lo vio inclinarse hacia el toque, como un gato buscando afecto, y no sabía si era porque una parte de bakugo seguía consciente, pero se dijo a sí mismo que sólo por esa vez disfrutaría de su compañía.

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luego de eso, bakugo se dio cuenta de lo que hacía y salió corriendo ahre






bloom ¡! todobaku [bnha5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora