5. Welcome to Hogwarts

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BIENVENIDOS A HOGWARTS


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El tren fue aminorando la marcha, y Annie estaba que se moría de nervios. Cuando el tren se detuvo completamente, Harry, Ron y ella bajaron al oscuro andén.

Una lámpara apareció por encima de sus cabezas y una voz gritando

—¡Primer año! ¡Los de primer año por aquí! ¿Todo bien ahí, Harry?

Siguieron a Hagrid por un estrecho sendero, resbalando en ocasiones

—En un segundo, tendréis la primera visión de Hogwarts —exclamó Hagrid por encima del hombro—, justo al doblar esta curva.

Se produjo un fuerte ¡Oooh! Annie no cabía en su asombro. El castillo era hermoso iluminado por las luces del interior. Estaba literalmente con la boca abierta. Siguieron caminando hasta llegar a la orilla del Lago Negro.

—¡No más de cuatro por bote! —gritó Hagrid, señalando a una flota de botecitos alineados en el agua, al lado de la orilla.

Annie seguía mirando hacia el castillo, y se hubiera quedado ahí de no ser por Harry que la tomó de la mano ayudándola a subir en un bote con Ron y una niña rubia.

—¿Todos han subido? —continuó Hagrid, que tenía un bote para él solo—. ¡Venga! ¡ADELANTE!

Y la pequeña flota de botes se movió al mismo tiempo, deslizándose por el lago, que era tan liso como el cristal. Annie estaba atenta a todos los detalles que pudiera memorizar para hacer un dibujo y enviárselo a sus padres.

—¡Bajen las cabezas! —exclamó Hagrid, mientras los primeros botes alcanzaban el peñasco.

Bajaron de los botes y Hagrid encontró el sapo de Neville que según escucho Annie, se llamaba Trevor. Subieron por unos escalones de piedra y se reunieron ante una gran puerta de roble.

—¿Estan todos aquí? Tú, ¿todavía tienes tu sapo? —Hagrid levantó un gigantesco puño y llamó tres veces a la puerta del castillo.

La puerta se abrió de inmediato. Una bruja alta, de cabello negro y túnica verde esmeralda, esperaba allí. ¡Era la profesora McGonagall!

—Los de primer año, profesora McGonagall —dijo Hagrid.

—Muchas gracias, Hagrid. Yo los llevaré desde aquí.

Abrió bien la puerta. El vestíbulo era enorme. Las paredes de piedra estaban iluminadas con resplandecientes antorchas como las de Gringotts, el techo era tan alto que no se veía y una magnífica escalera de mármol, frente a ellos, conducía a los pisos superiores.

Siguieron a la profesora McGonagall a través de un camino señalado en el suelo de piedra. Annie escucho voces en la habitación de al lado, que supuso era del resto del colegio. Se apretujaron unos con otros.

—Bienvenidos a Hogwarts —dijo la profesora McGonagall—. El banquete de comienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupen sus lugares en el Gran Comedor deberán ser seleccionados para sus casas. La Selección es una ceremonia muy importante porque, mientras estén aquí, sus casas serán como su familia en Hogwarts. Tendrán clases con el resto de la casa que les toque, dormirán en los dormitorios de sus casas y pasarán el tiempo libre en la sala común de la casa.

»Las cuatro casas se llaman Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada casa tiene su propia noble historia y cada una ha producido notables brujas y magos. Mientras estén en Hogwarts, sus triunfos conseguirán que las casas ganen puntos, mientras que cualquier infracción de las reglas hará que los pierdan. Al finalizar el año, la casa que obtenga más puntos será premiada con la copa de la casa, un gran honor. Espero que todos ustedes sean un orgullo para la casa que les toque.

Annie y la Piedra Filosofal Where stories live. Discover now