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Capítulo 12.
Algo descompuesto, diversión y comida.

—Mira esto es bastante fácil, aunque no lo parece, lo es.—Me sonrió subiéndose a la motocicleta, al parecer intento arrancarla y no funcionó.—Que raro.—Lo volvió a intentar.

—¿Será qué tiene algo malo?—Le pregunté, limpié mi frente, estaba haciendo demasiado calor y ya me comenzaba a afectar.

—Sí.—Suspiro cansado.—Debe ser el motor o algo así, hay que llevarla a arreglar.

—Será. ¿Conoces algún mecánico?

—Sí, conozco uno.—Se bajo de la motocicleta y le empezó a meter dentro de la casa empujada.—Mañana le diré que venga por ella temprano, luego vemos cuanto te va a cobrar y así.

—Gracias An.—Dije guardando los cascos de nuevo en la caja.

—¿Y ahora cómo vas a viajar?

—No lo se, hasta que esto.—Señale la motocicleta.—Se solucione y me enseñes a manejarla, tendré que viajar en taxi.

—Oh.—Me sonrió mostrando uno de sus camanances.-Siempre puedo ser tu chofer, bueno y el de Jacob también, no me molesta. No tengo nada que hacer.

—¿Y tus vacaciones?

—Me gusta levantarme temprano.—Se encogió de hombros.—Eso si tengo una condición.

—¿Y cuál es?

—Me tienes que acompañar a la playa tu próximo día libre, esa será mi paga.—Tocó mi mejilla con su mano, sentí un cosquilleo justo ahí.

—Genial.—Quité su mano de mi mejilla y camine hacía la cocina.—¿Quieres algo de tomar?

—Sí, gracias.

—¿Jugo de arándanos? ¿Cerveza? ¿Agua?—Abrí la refrigeradora.

—Jugo de arándanos.—Se sentó en una de las sillas de el desayunador.—Cerveza no gracias, estoy pensando alejarme del alcohol por un buen tiempo, hace daño.

—Eso no decías anoche.—Me reí por mis palabras.

—Era una noche especial y era necesario.—Puse su vaso con jugo de arándanos frente a él.
 

—Tienes razón, me ayudo mucho, aunque no lo creas.—Andrew tomó un sorbo de su jugo, yo miré la encimera, había una nota debajo de el florero.

Lo siento por la discusión de la mañana, no fue lo que quise decir, te amo mi niña, tu no tienes la culpa de nada.
Te amo.
Pd: Te dejé comida en el microondas.
Mamá.

—¿Y esa sonrisa?

—Mi madre se disculpo conmigo.—Le contesté mientras abría el microondas, lasaña.

—¿Tienes hambre Andrew?—Cerré el microondas y le puse dos minutos.—Porque yo sí.
Andrew rio y asintió.

Mi celular empezó a vibrar en el bolsillo de mi pantalón, lo miré, era Jacob.

—¿Hola?.—Contesté extrañada.

—Estoy nervioso. ¿Y si me deja plantado?—Podía imaginarlo sentado en una banca del parque, comiéndose las uñas o esa manía por rascarse el cuello, pobrecito mi niño.

—No creo que te deje plantado, Jacob ninguna chica perdería la oportunidad de salir contigo.—Sonreí.—Aunque. ¿A que horas la citaste?

—Dos y media.—Mire la hora, este pendejo.

—Jacob son las dos y veinte, no seas un desesperado.—Me quise reír pero me aguante.

Él es mi novio [COMPLETA]Where stories live. Discover now