Filemon Y Baucis

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En una antigua región de Asia menor llamada Frigia, en lo alto de una colina viven dos árboles milenarios, un roble y un tilorodeados por un viejo muro. En sus ramas entrelazadas siempre suele haber alguna corona de flores y muy cerca de allí se encuentra un lago pantanoso de cuyas aguas beben sus raíces.

Hace muchos años llegaron a esa misma región Zeus y su hijo Hermes quienes habían decidido dejar de ser dioses por un día y adoptar la figura humana para poner a prueba la hospitalidad de los hombres. 

 Zeus y Hermes convertidos en forasteros.

Ilustración de Walter Crane (1845-1915) para 

Greek Myths de Nathaniel Hawthorne (1804-1864)

Llamaron a mil puertas pidiendo que les dejasen una cama en la que pasar la nochepero el carácter de los habitantes de la zona era duro y egoísta y los dioses no hallaron cobijo en ninguna parte, hasta que ya, en el extremo del pueblo, dieron con una diminuta cabaña  con tejado de paja y cañas.

En ella vivían el anciano Filemón y su esposa Baucis, un matrimonio muy pobre pero feliz que llevaba toda la vida juntos y vivían pese a su pobreza contentos y apacibles en su humilde choza.

 Rembrandt, 1658

Al acercarse Zeus y Hermes a la humilde cabaña, la honrada pareja salió a su encuentro. Rápidamente el anciano les ofreció asiento y Baucis, su mujer, se apresuró a cubrirlo con toscas telas. Sin tomarse un respiro, la viejecita corrió al otro lado de la habitación para avivar el fuego sobre el que colocaban el caldero, en el que preparó una sopa con los escasos medios que tenían.

Para que a los forasteros no se les hiciera larga la espera se esforzaron en entretenerlos con una charla inocente, además de verter agua en el barreño para que sus huéspedes se pudiesen refrescar los pies, cansados como debía estar de tanto caminar.

amor de dioses griegos ©Where stories live. Discover now