piano men ఌ︎ yoonmin

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[si ven algún error, no teman en decirme ٩(♡ε♡ )۶]

Los ensayos volvieron a ser retomados, siendo la única diferencia el que ahora era YoonGi quien tocaba el piano. Todos podían sentir la energía que el chico transmitía en cada nota, y pensaban de inmediato en que JiMin realmente había hecho una buena elección con Suga —como YoonGi se hace llamar artísticamente—. Después del primer ensayo con él, los bailarines y otras dos personas que formaban el equipo musical no dudaron en acercarse a JiMin y compartirle lo feliz que estaban con el nuevo pianista.

Eso sorprendió a Park.

Cuando MyungSoo le dijo que se iría JiMin supo que no sería una noticia fácil de dar, ya que Myung era bastante querido por todos; por eso mismo, el rubio pensó que no iban a aceptar rápidamente al que llegara a sustituir a MyungSoo, pero ya ve, que con YoonGi ese no fue el caso. Aquello ponía feliz a JiMin, su prioridad siempre sería la comodidad de los bailarines.

Se dirigía al ascensor cuando una suave melodía se hizo presente por el pasillo. Su vello se erizó; a lo que sabía, no quedaba nadie más en el edificio. Sujetó con fuerza la correa de su mochila y caminó guiándose con el sonido de la música. Aquella provenía del salón tres. JiMin abrió la puerta lentamente, sus ojos abriéndose en sorpresa al ver quien se encontraba en el estudio.

—¿Suga Hyung? —llamó suavemente, pero de igual forma el mencionado se sobresaltó—. ¿Qué hace aún aquí?

—Oh, J-JiMin. Perdona, yo... yo sólo quería tocar un rato —respondió—. Pero si lo deseas puedo irme ahora.

—Oh, no, no. Puedes quedarte, Hyung. Sólo deberías avisarme la próxima vez, tremendo susto me diste.

—Claro, uhm, yo te notificaré la próxima vez. Y... discúlpame por haberte asustado, pensé que estaba solo.

JiMin en respuesta hizo un leve movimiento con su mano, restándole importancia al tema. YoonGi sonrió levemente.

—¿Qué tocabas? ¿Alguna nueva canción? —preguntó, y se acercó al piano, recostándose a un lado de este.

—Nada en específico, sinceramente. Sólo improvisaba, hacerlo me calma.

—¿Improvisabas? —preguntó con impresión—. Estaba seguro de que eras talentoso, pero, Dios mío, rompes las barreras.

Las mejillas de YoonGi tomaron color. No estaba acostumbrado a los elogios hacia su talento con el piano.

—¿Gracias? Uhm, bueno, supongo que entiendes mejor que yo aquello de simplemente dejarse llevar. Eso es lo que hago, me dejo llevar. Luego es como si mi corazón moviera el solo mis dedos y crea melodías.

—Lo entiendo perfectamente. A veces, me gusta pensar que así se siente la magia. No puedes detenerte, no quieres hacerlo. Sientes que podrías hacerlo eternamente sin cansarte —dice—. Pero, Hyung, tú lo llevas a otro nivel y, ¿sabes? Siempre he admirado al tipo de personas como tú, que son talentosas, pero no como el resto; tienes ese poder de transmitir todo a través de nada, simplemente tú, tu piano y tu corazón.