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— ¡No, no! —escucho una exclamación a lo lejos. Me desconcentra e intento buscar de donde viene el desesperado grito. — ¿Ya vas a cerrar? —apoya sus manos en sus muslos, dejando ver su evidente cansancio al correr desde casi tres cuadras.
—Es mi hora de almuerzo—contesto confusa, aún con el candado en la mano, sin terminar de cerrarlo.
—Necesito un vinilo urgente, es un regalo para un amigo, voy extremadamente tarde. —vuelve a su posición normal. Ahora debo alzar la vista y un tanto mi cabeza para poder observarlo bien.
Estoy dudando, me debato en ayudar a tan atractivo chico, o ir a comer con mis hermanos como quedé hace un rato. Si pierdo un minuto más, no alcanzo a llegar.
Él nota mi interrogante, así que junta sus palmas apoyándolas en sus labios, haciendo un pequeño puchero.
—Por favor... —susurra, aún no me decido, realmente tengo hambre. —Te invito a comer.
— ¿No que ibas tarde?
—Voy tarde a comer, en realidad. Debo comer e irme, pero antes tengo que comprar el regalo. —¿Por qué no va a comer y luego vuelve?, pienso en preguntar. No lo hago, no me conviene perder la clientela. Finalmente suspiro lentamente y cedo a su propuesta.
Abro la tienda para que podamos entrar, me doy una pequeña vuelta antes de mirarlo.
— ¿Tienes algo pensado o te gustarían algunas recomendaciones? —él camina hacia un estante, con sus manos ligeramente morenas busca un vinilo mientras juguetea con sus labios. No puedo evitar mirar sus tatuajes, muy lindos por cierto. Me pregunto qué significado tendrán para él.
—En realidad me gustaría alguna recomendación. —dice finalmente. Asiento acercándome al estante que está a un lado de él.
— ¿Quizá algo de Metallica? —levanto Live At House Of Vans.
—Ya lo tiene. —niega con su cabeza.
—Mh... —Lo guardo moviéndome al otro estante— ¿Coldplay?
—Demasiado gay—río sin querer.
— ¿Foo Fighters? —levanto el vinilo frente a mi rostro.
Siento como suavemente pone sus manos en el plástico, moviendo el vinilo para mirarme fijamente.
—Perfecto. —sonríe, y le devuelvo el gesto un poco nerviosa.
Caminando hacia la caja comienzo a pensar.
Iré a comer con un completo desconocido. Pero definitivamente un desconocido bastante guapo.
—Por cierto—me interrumpe— ¿cuál es tu nombre?
—Zoé. Me llamo Zoé King.
—Lindo nombre—río mientras paso el vinilo por la máquina. — ¿y tú?
