19. Día 3 / En familia.

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Emilio.

Las mejillas me duelen, siento mi mandíbula un tanto entumecida, mi rostro tiene más de media hora con una estúpida sonrisa dibujada, y aunque intento borrarla no puedo, creo que es porque estoy realmente feliz. Mi familia y su familia de visita, uniéndose a esta locura de ¿Amor?..

«No mames, que gay ha sonado eso.»

Me siento abrumado, los sillones de la sala están petados. Mi hermana y la de Joaquin no se me despegan ni un segundo. A Romina le encanta jugar con mi pelo, me la paso tan bien con ella, le tengo un cariño impresionante. Y como no, si es mi hermana. Las risas de las chicas aturden el lugar. Por un momento me olvido de todo y solo somos estas dos chicas y yo.

Siento una mirada sobre nosotros, volteo tímidamente. Un escalofrió me recorre el cuerpo, Joaco me mira con intensidad, no se cuanto tiempo lleva ahí.

- Se ve que se la están pasando bien, ¿Me invitan?

- Claro que sí hermanito. - La pelirizada corre a los brazos de su hermano. Por su lado mi hermana mayor me empieza a aplastar las mejillas.

Esta escena es tan tierna que quisiera tener un recuerdo físico de ella. Las dos parejas de hermanos dándose cariño interminable.

De repente noto una luz parpadeando y un clic que lo acompaña. Mi madre me ha leído la mente, nos ha tomado una foto desde la cocina.

- Son tan tiernos - La mama de Joaquin nos mira con cariño.

Yo pongo los ojos en blanco, esto es lo más cursi que he vivido en mi vida, solo agradezco que no soy la única victima. Joaco esta igual que yo, su hermana lo abraza tan fuerte, que por un momento parece que le va a sacar el aire.

Nuestras miradas se encuentran, su hermosa dentadura me contagia y le devuelvo la sonrisa. Siento que me esta hablando con los ojos, en ellos puedo leer una frase, un sentimiento, algo que trata de decirme. Podría jurar que sus ojos me están diciendo "Te quiero"... Yo, solo siento como sube el color a mi cara. Y me decido, yo también quiero hablarle con los ojos, entorno mis pupilas fijamente al morocho que esta delante mío, hago mi mejor esfuerzo, quiero que note el mensaje, joder. Quiero que sepa que aunque mi cariño no se compara con el amor que él me tiene, mi corazón esta feliz de estar a su lado... De verdad quiero que se de cuenta. Vuelvo a poner mi mirada en la suya, sus ojos parecen de vidrio, pareciera que va a empezar a ¿Llorar?

- ¿Estas bien Joaquin? - Las palabras se me salen sin permiso.

- Más que bien, tú me haces bien.

Y mi corazón explota. A recibido el mensaje, ha visto el cariño en mis ojos, el pequeño cariño que esta naciendo en mi, ese cariño que él se ha ganado.

Las risas de nuestras hermanas. Nos sacan del trance, de este bello y lindo trance.









Joaquin.

La comida a estado deliciosa. No cabe duda que la familia es la cura para todo. Siento mi cuerpo mucho más relajada, las ganas de seguir en este juego regresaron de golpe.

Los ojos de mi madre me miran fijamente, con cariño. Yo le sonrió de vuelta, tratando de regresar un poco de lo mucho que me da. Ella conoce todo de mí, sabe de mis sentimientos por Emilio desde el principio, es más fue ella la que me abrió los ojos, la que me hizo darme cuenta que lo que sentía por mi compañero de trabajo era mas que cariño, era amor, amor del bueno. Ese que llega a tu vida y no se va más.

Observo a mi alrededor, la escena es muy bonita. Estamos en el patio de la casa, sentados en las grandes bancas blancas del lugar, Kiko y Romina se ríen a lo lejos cerca del asador. Emilio y su madre platican tranquilamente, mi hermana tiene su cabeza sobre las rodillas de mi madre, ella le acaricia el pelo con cariño, sin dejar de mirarme, la tranquilidad me invade.

Esta es mi felicidad, es lo que yo quiero en mi vida para siempre. Pero tengo que ser realista, no todo es color de rosa. He tratado de ser positivo en todo esto, de siempre buscar el lado bueno de las cosas, pero no me puedo engañar. Tengo que aceptar la realidad, no se acuerda de mí. Y como él dice esta intentando recordar. Dice que se siente bien al estar conmigo, que quiere hacer lo que sea necesario por los dos, pero no se si eso vaya a ser suficiente para nosotros. No se si vayamos a lograr volver armar este sentimiento.

Mi amor es tan grande que fácilmente podría sentir por los dos, querer por los dos, cuidar por los dos, vivir por los dos. Pero eso no seria justo, ni para Emilio, ni para mí.

Él quiere quererme, me lo ha demostrado, y yo de verdad quiero que lo haga, pero por él mismo. Quiero que se enamore de mí, por mis detalles, por mi manera de ser y de pensar, quiero que se enamore de las risas y de los buenos momentos, pero también de mi mal humor, mi cuatripolaridad, mis rayadas de cabeza y mi inseguridad. Quiero que me ame por completo, para que esto funcione.

Yo lo quiero en mi vida para siempre, por eso quiero que me quiera de verdad, de manera real, así como lo hago yo.

Mi mirada vuelve a fundirse con la de mi madre, ella me hace un pequeño gesto con la mano, ofreciéndome su otra rodilla, se lo que intenta decirme, quiere que me tumbe en ella, como lo hace Renata, mi hermana. Y no me detengo a pensarlo mucho, simplemente me paro de mi lugar, y en un santiamén estoy cómodamente en las piernas de mi madre, ella me acaricia el pelo, sin descuidar las caricias a mi hermana. Y cierro mis ojos, me pierdo en este lindo y tierno momento, no quiero pensar en nada más.











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Que  ternura de capitulo por dios, las dos familias de este par juntos queriéndolos mucho.

Espero les haya gustado mucho y sigan apoyando la historia.

Les amo. Anahi @soportearistemo.




10 días - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora