Yōkai kitsune

Capitulo 1

Hace mucho pero mucho tiempo, la diosa Inari junto con otros dioses eran venerados por los humanos, cuya leyenda cuenta, que ella bajaba una vez año a los campos de arroz para castigar a los malvados.

Muchos la describían que era una mujer bella de tés blanca, cabello largo y negro como la noche, que vestía hermosos kimonos; otros la describían como un gran zorro blanco que resplandecía con la luz de la luna.

Pero el pasar de los años, todo aquello fue cambiando y las adoraciones de los mortales hacia los dioses se fue desvaneciendo, hasta que llegaron al punto de no creer más en ellos. Los años y siglos fueron pasando; para los dioses los años pasaban como si fueses segundos, pero un día diosa quiso bajar nuevamente a la tierra y se encontró con un mortal por el cual ella se enamoró y tomo la decisión de estar con aquel hombre, pero todos los dioses y seres celestiales se fueron en su contra, que el ser más poderoso se ellos le dejo una maldición.

"Si tienes un hijo varón, este tendrá la oscuridad de tu ser"

Un par de chicos se encontraba caminando tranquilamente por un pequeño pueblo o eso parecía, alrededor de ellos caminaban seres extraños, que para alguien normal estaría tiritando de miedo pero para ambos chicos era como si fuese lo más normal del mundo.

Uno de ellos era alto, rubio, de ojos dorados que mantenía la mayor parte del mundo un rostro de pocos amigos, otro era un poco más bajo tenía el cabello negro azulado, ojos azules, a diferencia de su compañero que siempre estaba en alerta, este era más despreocupado.

Abeno-san~ dimeeee porque el legislador quiere hablar con nosotros tan urgente~

realmente no lo entiendo -murmuro molesto- apuesto que quiere que le ayudemos de nuevo con su trabajo, ese bastardo...

Al llegar a su destino fueron recibidos por una chica bastante pequeña, que al verles se alegró bastante.

Itsuki-san, Ashiya-kun ¡me alegra verlos! -les sonríe- vamos pasen, mi hermano los está esperando.

Shizuku! cuanto tiempo -le contesto alegremente el peli azulado- sabes ¿para que nos quiere tu hermano?

mmm... no, no lo sé, el solo me dijo que los atendiera cuando llegaran.

Los tres caminaron en silencio hasta el despacho del legislador, al entrar, este se encontraba apoyado en su ventana mientras fumaba tranquilamente.

vaya por fin llegaron -dibuja una pequeña sonrisa- los estaba esperando

ve al grano -le hablo en tono molesto el rubio- tengo cosas que hacer, que es lo tan urgente que necesitas que hagamos.

recuerdas al chico que trabajo contigo en algo muy específico hace tiempo atrás... -le mira con rostro serio- necesito que lo encuentres nuevamente, necesito algo que solo él puede hacer.