Yōkai kitsune

Capitulo 2

El ambiente se volvió tenso en instantes, estaba claro que había incomodidad tanto para el pelinegro junto con el rubio; el silencio les rodeaba y Hanae cada vez se ponía más nervioso ante la situación pero aquel momento fue roto por Viktor que dio un golpe con sus palmas para tener la atención de los presentes.

bien chicos, que poco descortés somos -hablo con su típica sonrisa de corazón- mejor hablen cómodamente a dentro, pasen, pasen.

Todos le miraron, tanto el pelinegro junto con el peli azul le miraban desconcertados mientras que el rubio le miraba seriamente, no le gustaba como iba tornando esto pero necesitaba hablar con Yuuri sí o sí.

Entraron en silencio, Yuuri un poco molesto por la situación, nunca espero que lo volvieran a buscar y menos ahora que necesitaba entrenar para las competencias. Tomo asiento en el sillón mientras que los otros dos tomaban asiento en el sofá, el peli plata camino hacia la cocina para poder ofrecerles algo y que hablaran tranquilamente o eso esperaba.

ok, díganme que necesitan -les hablo serio, estaba seguro que le necesitaban por algo en específico pero él no puede ir a ninguna parte-

el legislador te manda a llamar -le entrega unos papeles- creo que necesita que le hagas un favor

Itsuki -le miro luego de hojear rápidamente los papeles- sabes que no puedo ir a ninguna parte y aun así ¿me piden que vaya? olvídalo -le entrega los papeles- pueden retirarse

ettoo... Katsuki-san... -levanto la mano lentamente- porque no le pregunta al legislador ¿qué ocurre? pueden hablar en la Mononokean, ¿no? -desvía la mirada hacia el rubio-

Ashiya tiene razón, en aquel lugar no romperás ninguna ley -se cruza de brazos- te daremos unos días, será tiempo suficiente para que lo pienses.

El rubio fue el primero en ponerse de pie, el peli azul al ver aquella acción le siguió, a diferencia de su jefe este hizo una reverencia y comenzó a caminar hacia la salida. Ambos se retiraron dejando al pelinegro bastante pensativo, no quería ir, no quería ver al legislador no quería saber nada de nada.

El ruso salió de la cocina con una bandeja en manos con un poco de té y unas galletas pero al ver a su pupilo solo se preocupó un poco.

que ocurrió -se acercó dejando la bandeja en la mesa de centro- ¿hablaron de lo que querían?

si... -le respondió vagamente- quieren que vea a una persona que necesita hablar con urgencia conmigo -tomo una de las tazas de té y bebe un poco- me dieron unos días para pensarlo.

y ¿qué harás? -le miro un poco preocupado- "acaso este será su mal presentimiento? no se ve nada contento al verlo, que abra pasado con ellos" -se preguntaba mentalmente mientras imitaba la acción del pelinegro-

tengo que pensarlo, realmente no quiero ver a ninguno de ellos... -soltó un gran suspiro, en esos momentos no quería nada-

Ambos se comieron las galleras y se fueron a dormir, mañana debían llegar con las energías y ánimos renovados pero eso iba a costar bastante. A la mañana siguiente ambos se levantaron, tomaron desayuno y se fueron a la pista, ambos debían ensayar para las competencias, pero si no se relajaban cualquier cosa podría pasarles.

Tanto el ruso como el nipón patinaban, ambos sumergidos en la música y en sus pensamientos, concentrados pero el pelinegro se detiene en seco en medio de la pista, recordando la situación del día anterior, le irritaba, todo el tiempo que llevaba tranquilo en el mundo humano de la nada lo volvían a buscar olvidando el cómo fue rechazado de aquel mundo.

Sin percatarse de su alrededor y de un rubio que se le iba acercando mientras le gritaba con el ceño fruncido para soltar un poco su frustración dio un leve golpe en el hielo para los de su alrededor fue un golpe normal pero mostró preocupación, un poco de su poder se liberó, por fin pudo escuchar los gritos del rubio al llegar a su lado y el piso comenzó a agrietarse la mayoría estaba cerca de la orilla pero ambos se encontraban al centro, el pelinegro reacciono rápido tomo al rubio en brazos y patino como pudo mientras el hielo comenzaba a partirse.