El chico perfecto para mi ex [WooYeol/MyungYeol]

Capítulo 13.

Myung Soo seguía teniendo la mirada en el techo de su habitación. Era como la quinta vez en toda la noche que se despertaba y, por más que lo intentará, se le complicaba un poco conciliar el sueño. De una u otra forma no dejaba de pensar en lo que los policías, Sung Yeol y Woo Hyun habían dicho, y bueno... de cierta manera era normal que no dejará de pensar en todo ese asunto. Llegaba a ser sorprendente toda la noticia.

Soltó un suspiro con pesadez, pasó uno de sus brazos detrás de su cabeza y trató de acomodar ésta sobre la extremidad superior sin apartar la mirada del lugar de donde la tenía.

—¿En qué tanto piensa? —Escuchó preguntar a alguien en la oscuridad. Por supuesto, sabía que no se trataba de su madre ni de Moon Soo, la puerta nunca se abrió y, debido a que estaba despierto a esa hora, era normal que lo hubiera escuchado de ser así.

—Posiblemente en todo lo que pasó cuando dejó a Sung Yeol en el edificio anoche —identificó de inmediato la voz de Woo Hyun y, aunque por una parte se sentía tranquilo, no podía negar que aquella otra "persona" le empezaba a causar algo de curiosidad—. Ahora que lo pienso, ¿tú estabas cerca la noche que morí, Sung Kyu?

—Más o menos, antes de ti había fallecido un recién nacido y después una mujer de edad avanzada. Tú falleciste en un callejón oscuro pero antes de acercarme... una mujer —murmuró no muy seguro—. Sí, sin duda era una mujer la persona que salía justamente de ese lugar la noche de tu muerte.

—¿Recuerdas como era físicamente? —Ahora el que había preguntado era Myung Soo y, sin verlo, imaginó que el chico de nombre Sung Kyu se encontraba completamente sorprendido de haberlo escuchado.

—¿C-Cómo es que él...?

—Es una larga historia —fue la única respuesta del azabache ante aquella pregunta y encendió la lámpara que se encontraba sobre su buró para mirar a los otros muchachos en su habitación. Sung Kyu no era como había estado imaginando minutos atrás. No parecía más alto que él y, si lo hubiera visto desde una distancia más alejada en la que se encontraba, podría jurar que el chico se encontraba con los ojos cerrados debido al tamaño que tenían.— Regresemos a lo importante —Myung Soo se levantó de su cama, se acercó a su escritorio y buscó en el cajón que había en éste una libreta y un lapicero que pudieran serle de ayuda—. ¿Recuerdas cómo era la mujer físicamente?

Sung Kyu guardó silencio por unos minutos, era evidente que trataba de recordar lo que había visto aquella noche, así que empezó a caminar lentamente por la habitación en completa concentración. Los otros dos lo miraban de manera atenta, rezando internamente porque el de ojos pequeños realmente fuera a darles alguna pista sobre aquella mujer misteriosa.

—Bueno, desde donde yo me encontraba se veía que era muy alta. Su estatura era de casi dos metros, si no es que esa es su altura ya —rio levemente; después de su pequeña y mala broma, y Woo Hyun fue quien se atrevió a preguntar preguntó:

—Una fémina... ¿con altura de dos metros? ¿Acaso eso tiene sentido? —Por supuesto que para Nam eso no tenía nada de lógica. Ninguna de las chicas que conocía podía llegar a medir eso y, la única chica alta que había conocido, apenas llegaba a medir un metro con setenta y cinco.

—Llevaba zapatillas como de quince centímetros, eso obviamente le da más altura de la que ya tiene con normalidad —aclaró Sung Kyu, mientras que Myung Soo hacía anotaciones en la libreta que había encontrado recientemente.— Continuo con mi descripción de la sospechosa —el de ojos pequeños aclaró su garganta y prosiguió hablando—, su vestimenta era ropa que solo una mujer adulta se pondría. Llevaba puesta una falda algo larga; solo le llegaba un poco debajo de las rodillas y era de color beige, también llevaba una camisa de color blanco y encima un suéter de color claro... como rosa. El cabello le llegaba un poco arriba de la cintura y llevaba puesto un gorro tejido del mismo color de la camisa, eso hizo que no pudiera verle la cara —terminó de decir y tanto Woo Hyun como Myung Soo se miraron fijamente, siendo el azabache quien empezara a dar su punto de vista.