El chico perfecto para mi ex [WooYeol/MyungYeol]

Capítulo 21.

—Y... ¿a qué te dedicas, Myung Soo? —Le preguntó el padre de Sung Yeol mientras todos empezaban a desayunar. Myung Soo se mantuvo en silencio por unos segundos y recordó las palabras de Woo Hyun.

Así que suspiró y dijo:

—Soy fotógrafo. —Dijo con seguridad—. Yo... trato de transmitir muchos sentimientos a través de las fotos que tomó, mayormente son de paisajes pero; últimamente, quiero hacer algo especial con niños. Quiero que todas las personas revivan sus momentos alegres mientras ven las imágenes de ellos con sonrisas y jugando —aclaró su garganta—. Ahora bien; si hablamos de tiempo libre, me gusta ir al orfanato a pasar un rato con los niños y adolescentes de ahí. También suelo llevar las cosas necesarias; no solo ahí, también a un refugio de animales —añadió y la madre de Sung Yeol fue la que hablo a continuación.

—¿Intentas quedar bien con nosotros? —Se atrevió a preguntar.

—Mamá —se quejó Sung Yeol y el de felinas facciones rio ante eso. Porque realmente esperaba que alguno de ellos le preguntara eso y, como ya había respondido con anterioridad a algunas personas que le preguntaban lo mismo, dijo:

—No realmente —empezó—, lo hago porque realmente me gusta ayudar a los que lo necesitan. No me molesta gastar mi dinero para encontrar el bienestar de ellos y, lo más importante, lo hago sin pedir algo a cambio. Creo que... logró encontrar cierta paz al ver que ellos se encuentran bien —terminó de decir y metió algo de comida a su boca, masticándola lentamente hasta tragarla.

—En ese caso, eres una gran persona. Me alegra ver que Yeollie esté saliendo con alguien como tú —agregó la mujer con una leve sonrisa y sitió la mirada algo irritada de su hijo mayor—. No me mal entiendas hijo, Woo Hyun también era un gran chico pero Myung Soo lo es más.

—No creo que debas hablar de su ex novio frente al chico con el que sale actualmente —murmuró Dae Yeol, aunque no lo suficientemente bajo. De todos modos, Myung Soo logró escuchar eso.

Cuando terminaron de desayunar, Myung Soo ayudó a la madre de Sung Yeol a recoger los platos e incluso se había ofrecido a ayudarla pero Ji Yeon le dijo que ella la ayudaría. Que los invitados no debían hacer ese tipo de cosas en casas ajenas y, aunque él insistió que no era una molestia para él, la madre de Sung Yeol le dijo que quizá en otra ocasión aceptaría que la podría apoyar en eso.

—Lamento que mi madre mencionara a Woo Hyun, ella no debió mencionar a mi pareja anterior. Debió hacerte sentir algo incómodo —empezó a disculparse el alto una vez estuvieron a solas en la sala y Myung Soo simplemente sonrió de lado—, en verdad lo siento.

—No tienes de que disculparte. Además, no me incomode en lo absoluto —confesó y Sung Yeol lo miró a los ojos. Dándose cuenta que el azabache no estaba mintiendo. Después de eso no supo que decirle pero; como ya había pasado anteriormente, el silencio no era incómodo para ninguno de los dos.

Jang Jun había ido a su habitación a buscar una de sus pistas de carreras. Siempre que terminaba de usarlas, su padre o su tío lo ayudaban a desarmarlas para guardarlas nuevamente en las cajas y, así, se le hiciera un poco más fácil llevarlas de un lugar a otro. El infante dejó la caja frente a Sung Yeol y Myung Soo, luego se acercó al azabache, tocando levemente de su estómago para que pusiera su atención en él.

—¿Quieres jugar conmigo? —Le preguntó animadamente. Sung Yeol entreabrió su boca. Las veces que llegaban visitas, Jang Jun casi nunca invitaba a las personas a jugar con él porque temía que llevarán algunos de sus juguetes sin que él se diera cuenta y, si eso pasaba, era claro que el pequeño lloraría hasta que le consiguieran el mismo juguete o uno que al menos se pareciera.— Puedes tener el carrito negro si quieres, yo usaré el morado.