Mis mensajes al Diablo [BillDip]

Final Alternativo, "¿Y Pino?".

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Ok, ok. ya sé. Es demasiado tarde para esto. Lo prometí el año pasado, y lo jure para Navidad pero--

¡EH, LA DE LA PINCHE Y ANTORCHA, YA BÁJALAS, AQUÍ ESTA!

OOF, como sea.
Lo prometido es deuda lectores.

Aquí el final alternativo nada cannon de esta triste historia. Vengan y lloren porque esto no es real (?).

Pero bueno, sueñen bonito con que pudo haber pasado, si no fuese un maldito sin corazón que ama escribir dramas.

Jaxu fuera ♪

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La mañana llegó, ya hacia un par de días que Pino no aparecía. Bill comenzaba a desesperarse.

¿Por qué no aparecía su niño favorito?

Había llamado por la aplicación de mensajería a Pacifica, para poder preguntarle el paradero de Dipper, y su respuesta fue algo... Confusa.

— ¿Qué yo lo estuve cuidando? ¿De qué demonios hablas? —

— Pues, Mabel te ha estado abriendo la puerta desde que Dipper se enfermo. ¿Te golpeaste la cabeza o algo? —

Ok. Estaba seguro, SEGURÍSIMO, que él no había estado cuidando a su peque en ningún momento.
A decir verdad, tampoco había podido mandarle nunca un mensaje, porque, entre tanto y cuanto y sus pocos momentos juntos, Bill nunca llegaba a pedirle el número, y termino hackeando para conseguirlo.
Pero, por más mensajes que mandaba, nunca obtenía respuesta.

Y ese día, opto por una llamada. ¿Por qué jamás lo hacía? Pues porque jamás tenía crédito. Simple y corto. Pero ese día, el cruel de su hermano mayor tuvo un céntimo de misericordia, y le había cargado algo de saldo.
Su excusa es que estaría rato afuera, y como Will tampoco estaba, si tenia una urgencia, prefería que lo llamará de su celular, a pagar una suma demasiado grande en la boleta de la línea por llamar a un celular desde el teléfono fijo.
Excusa que pareció válida.

Ya luego verá como recupera el saldo que usará para llamar a Pino.
Prioridades.

Un tono, dos, tres.

—¿¡Pino!?

—¿Bill? ¿Por qué me llamas si estas en-- ¡Cough! en el baño? —

Wat.

Ok, primero le dio una ligera satisfacción saber que estaba bien, sabe perfectamente lo inestable que es Dipper, y escuchar de él una simple tos era mejor que, no sé, escuchar que se había suicidado o algún extremo así.

— ¿En el baño? Pino, ¿de qué hablas? Estoy en mi casa. —

— De ninguna manera, no bromees así, has estado estos tres días aquí, en mi casa. Te insistí que no era necesario que me cuides y — Volvió a toser. — igual lo hiciste.

Tres días, ¿tres días fuera de su casa, sin su medicación y el tubo de oxígeno por la noche? Nop. Esta seguro que no es él.

Olviden eso de la calma con escuchar que solo tenía tos, sus sentidos estaban a mil por hora en ese instante. ¿Quién endemoniados le estaba usurpando vilmente la identidad de esa forma?

— Voy para allá, si ese "Bill" vuelve, no aceptes nada de él. —

¿Qué si sabía la casa de Dipper? Bueno, quizá es algo acosador de su parte, pero también busco su dirección, ya que era mas fácil que pedírselo. Bill es muy malo pidiendo cosas, hablando frente a las personas, y demás.