Capitulo cuatro.

6.5K 780 404
                                    

—Este es un Ford modelo Touring completamente renovado, 400 dólares, 80 kilómetros por hora—se esforzaba el vendedor de autos por venderme uno.

Pero todos eran modelos normales, yo quería uno particularmente diferente.

— ¿Me tomas el pelo? Yo aprendí a conducir en uno de esos, una bicicleta es más rápida— le dije

—Tenemos este nuevo modelo coupé también de Ford, todavía salé a fin de año pero...— no lo dejé terminar.

—Luce como el auto de una anciana— no encontraría un buen auto aquí, pensé.

—Quiere velocidad, le mostraré lo último, La nueva era del automóvil— me llevó hacia la parte trasera de la tienda, lo seguí a regañadientes.

—Chrysler six B—70, 110 kilómetros por hora, frenos hidráulicos y motor de alta compresión

— ¿110? ¿Lo han probado?— pregunté interesado, el nuevo auto que teníamos apenas alcanzaba los 95 kilómetros por hora, si este bebé llegaba a los 110 era mío.

—Si, hemos hecho pruebas certificadas en New York. 110 kilómetros y puede frenar en 10 segundos— sonrió.

—Me lo llevo— le dije convencido, quería probar este nuevo juguete.

—Claro, puede financiarlo en cómodas cuotas de...

—Pago al contado ¿Cuánto?— le dije con rapidez.

—2200 dólares pero necesitamos que sea por transacción bancaria, verá son órdenes de la policía, hay muchos robos, secuestros— dudó aquel hombre.

—No iré a un banco a hacer la transacción— me ofendí.

—Es la política ¿señor?— preguntó.

— Song, Song Yoongi— casi no usaba ese apellido, en general no usaba ni mi nombre.

— ¿Es pariente del Dr. Song?— me preguntó.

—Es mi padre— un magnífico padre al que abandoné hace cinco años para dedicarme a la delincuencia.

—Entonces no hay ningún problema, el Dr. Song es nuestro cliente desde que asumió la dirección del hospital general de Chicago— me dijo sonriendo.

Me sentí fatal, JoongKi y Hyekyo habían sido tan generosos y pacientes conmigo. Y yo los abandoné como un maldito desagradecido.

Los he visto algunas, desde lejos claro, nunca volví a entrar en su casa.

Esa casa que había sido mi refugio durante algunos años...

Estaba sentado en el albergue al que fui enviado cuando murió mamá. Todas las cosas que una vez tuve en casa, nos las quitó el banco.

—Hola, soy HyeKyo — me dijo una hermosa mujer de ojos color miel y cabello color caramelo.

— Yoongi — le dije apenas mirándola.

—Te pareces mucho a mi hermanito— dijo con una mirada llena de dolor.

No le respondí, a mí que me importaba si me parecía otro chico.

Dos horas más tarde fui llevado a la dirección. La asistenta social me explicó que una pareja quería adoptarme, que debía sentirme feliz pues los muchachos de mi edad no eran ya candidatos para tener nuevas familias sino que pasaban a aprender un oficio y conseguir un trabajo con que mantenerse.

No me importaba a dónde iba a parar, ya lo había perdido todo.

Al día siguiente vinieron por mí, la misma señora de ojos color miel que me habló el día anterior y un tipo la acompañaba.

ENEMIGOS PÚBLICOS. [YOONMIN]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz