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Cuando Seokjin llega a la casa con cinco kilos de helados más, Hoseok aún no se ha despegado de Jungkook porque es como un cuerpo totalmente adaptable al suyo y es una delicia acurrucarse contra él.

Odia a Seokjin por interrumpir su momento.

Lo ama por el helado.

Las cosas son un poco incomodas cuando Seokjin les da una mirada extraña preguntándose en silencio que sucede y Hoseok pasa un momento más incómodo aun diciendo que Jungkook ha venido de visita y probablemente ningún momento es tan incomodo como cuando Seokjin los ve tomarse de las manos y nota como ambos llevan anillos a juego que chocan uno contra el otro en el agarre.

Bueno, la película que vieron más tarde los tres acurrucaditos, donde Seokjin después de media hora, pidió ir en medio de Hoseok y Jungkook porque temía que en cualquier momento pasaran las cosas de PG a +18, fue un poco peor.

"Es incómodo estar entre ustedes cuando se ven así todo acurrucaditos y temo por la integridad física de mis inocentes ojos" dio como excusa el mayor.

Hoseok se sonrojó con furia y Jungkook sonrió con dulzura y aunque Seokjin se metió en medio de ellos dos, el menor siguió acariciando el pelo de Hoseok y el corazón de este nunca dejó de latir con un calmado y dulce frenesí.

Jungkook regresó a su casa esa noche y Seokjin se quedó de nuevo con Hoseok porque este seguía demasiado confundido con todo y Jungkook, bendito sea, lo entendía mejor que nadie.

Volvió al día siguiente, con otras rosas y el desayuno, que fue helado, Hoseok en realidad quiso besarlo pero Seokjin estaba ahí y no lo hizo.

Probablemente no lo haría de otro modo tampoco, a decir verdad.

Vuelve el otro día también y al siguiente y Hoseok se siente como una colegiala adolescente a quien su primer amor le hace visitas sorpresivas todo el tiempo ante la atenta mirada de su padre dictador.

Son pensamientos extraños pero nada en su vida ha sido normal desde que se acuerda. Y no es que la cambiaría.

Las visitas al psicólogo luego de saber parte de su pasado no son lo que esperaba. Se supone que su psicólogo es quien mejor sabe lo que sucede pero por un supuesto secreto profesional no le puede que decir lo que Jung Hoseok, de 27 años habló con él, ni siquiera al Jung Hoseok de 23 años que no lo recuerda.

Las expectativas sobre su recuperación no son nada buenas porque no vienen los recuerdos, absolutamente nada de los años anteriores y no hay muchas esperanzas.

Le dicen que vea el lado positivo y puede verlo claramente porque ese lado es Jungkook, Jungkook es el medio también, Jungkook es como el principio y el fin pero su lado positivo es algo al que le ha hecho demasiado daño y por mucho que se esfuerce no sabe por dónde empezar a arreglar sus errores.

Su psicólogo dice que no pueden tratar una depresión que él no tiene ahora y solo pueden centrarse en el presente aunque Hoseok haya dado un salto al futuro desde su pasado. Hoseok cree que su psicólogo solo quiere volverlo loco.

A veces despierta de mal humor. Despierta gritándole a Seokjin y diciéndole a Jungkook que se vaya por donde vino cuando viene, que es todos los días. A veces se pregunta por qué a él y luego se responde que el karma es una perra y él es un monstruo aun si no lo recuerda.

Generalmente ni Seokjin ni Jungkook le hace mucho caso y lo meten en un abrazo triple donde lo contienen mejor de lo que nadie podría hacerlo. Es extraño porque Seokjin es tan grande y Jungkook también y lo meten en el medio pero le dan tanto calor y amor y Hoseok no comprende porque aún lo aman.

Jungkook lo deja dormir entre sus brazos y besa su frente, lo lleva a la cama y lo deja bien envuelto pero nunca se queda.

Hoseok a veces le pide que deje de venir.

Son los mismos días en los que no duerme por llorar toda la noche.

Otras veces mira sus redes sociales. Tiene millones de seguidores más de los que recuerda. Ha tenido tanto éxito. Es tan reconocido. Es tan amado. Era lo que quería y no puede disfrutarlo.

A veces piensa en morir.

Generalmente tocan la puerta y todo el dolor y los malos pensamientos pasan porque es Jungkook con unas rosas bonitas o una guitarra y una serenata improvisada o las tartas de su madre y siempre, siempre, su mágica sonrisa.

Hoy quien toca la puerta, no es Jungkook.

Begin Again, Junghope/Yoonseok. COMPLETA.Where stories live. Discover now