Caja 2

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Era una fría mañana, aún estaba oscuro, pues el sol aún no salía por completo. En algún Oxxo de alguna calle de malamuerte de la Ciudad de México, se encontraba Guido Mista cumpliendo con su trabajo como era de costumbre.

—¡Mista, apurate con el queso para la máquina!— Le gritaba su compañero, tiernamente apodado, El Naranjas.

—Voy.—

Mista estaba en la bodega, le había hecho un agujero a la bolsa rancia de queso de nacho y lo comía directamente de ahí mientras leía una Tv y Notas que tenía en la portada a Maribel Guardia.

Limpió el agujero de la bolsa y se levantó perezosamente
Saliendo de la bodega.

—Te dije que no me molestaras Narancia, ya hice mucho trabajo. Yo fuí el que abrió el changarro en la mañana, no había nadie, ni los de la gasolinera.— Dijo mientras vaciaba la bolsa en el contenedor de la máquina.

—Lo siento Mista, pero hoy tendrás que atender la caja, creo que en la mía no hay sistema.— Narancia le daba pequeños golpes al CPU de la computadora. —Yo creo que le voy a meter la navaja a ver si se arregla.—

Mista lo ignoró, estaba a punto de tomar un trapeador para fingir que limpiaba cuando alguien entró. Mista no le tomó importancia y caminó hasta la segunda caja, listo para atender.

Un chico de ojos verdes y cabello rubio con un six de Bud light en oferta se dirigió hacia Narancia, quien estaba cortando unos cables de la computadora con su navaja. —En la otra caja lo atienden.— Le dijo.

Caminó hacia la derecha y puso el six sobre la mesa. —Esto y unos malboro.—

—A ver tu credencial.— Le ordenó Mista.

El rubio le entregó la credencial. En ella aparecía un hombre igualmente rubio y con la jeta pintada de verde, Dio Brando, Decía.

—Perdón, no te lo puedo vender.—

—Por favor, mi papá me lo encargó porque no puede salir en el día.—

Mista observó al chico por un momento, tenía el cabello rubio natural, los ojos verdes y la piel muy blanca. Se sonrojó cuando ambos se vieron directamente a los ojos y le entregó la credencial nerviosamente.

—N-no sé.— Mista seguía nervioso.

—Andale, nadie se va a enterar.—

—Bueno.—

Mista empezó a cobrar las cosas, las cervezas y los cigarros, puso ambas cosas en la bolsa café con el logotipo de Oxxo y el rubio le entregó un billete de 200.

—¿No traes uno de 100? No tengo feria.—

—No, lo siento.—

—Hmm... Esperate aquí.—

Salió de la caja y fué hasta la bodega. Dentro, buscó su mochila del partido verde y sacó su cartera. Sacó justo los billetes y monedas que necesitaba con riesgo de quedarse sin dinero para su boleto de metro.
Era la primera vez que Mista se tomaba tantas molestias para atender a alguien, y al mismo tiempo, que trabajaba tanto en un día.

Oxxo Experience [GioMis]Where stories live. Discover now