III:La Niña Del Té

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¿Por qué estaban todos vestidos de esa manera? Misterio absoluto. Si alguien les pedía una explicación, lo primero que dirían todos es que fueron órdenes de Aizawa sensei, pero realmente ninguno de ellos veía el por qué estar vestidos de manera tradicional cuando no era época de matsuri ni había una ceremonia especial en la UA para tener que estar todos tan formales.

Aún así era agradable verlos así, todos parecían un poco mayores y formales, pero parecía una ocasión especial y las chicas ya habían comenzado a sacar fotografías de todos con todos en las poses más extravagantes y ridículas que podían, siempre en miras de formar nuevos y buenos recuerdos con sus compañeros.

- Muy bien, vengan acá -llamó Aizawa sensei mirándolos detenidamente a cada uno y apuntando algunos errores en la forma en que se habían puesto sus kimonos a algunos de los alumnos-. Lo de hoy me parece una tontería, pero son requisitos del director Nezu para que puedan graduarse, así que… aquí vamos. -Y abrió una puerta para dar pie a una habitación típicamente japonesa en donde se encontraba una infinidad de herramientas necesarias para tomar el té.

- ¿Vamos a celebrar una ceremonia del té? -Preguntó Yaoyorozu incrédula.

- Como héroes de Japón deben saber hacer ciertas cosas típicas cuando van de visita oficial a ciertos lugares, normalmente a quienes nos invitan de otros países les encanta hacernos creer que saben celebrar esta ceremonia, así que lo mínimo que deben saber hacer ustedes es realizarla correctamente.

Y ahí estaban ahora, las chicas de un lado, cada una sentada con un par de hombres y Todoroki de pie al lado del maestro.

- La familia de Todoroki es muy asidua a este tipo de cosas, así que él sabe hacerlo perfectamente, será él junto a mí quienes los supervisaremos y corregiremos. Primero practiquen y luego pasaremos revisando y corrigiendo.

- Sí, señor.

Era difícil, demasiado considerando lo inquietos que muchos de ellos eran. Era imposible imaginar que en un día Bakugō, Kirishima o Mina pudiesen aprender a hacer la ceremonia correctamente. Aunque también Midoriya e Iida estaban en apuros: uno por estar demasiado nervioso y el otro por estar muy tenso intentando realizar todos los pasos correctamente. Ni hablar de cómo le estaba yendo a Ojiro y Shōji debido a la fuerza que manejaban quienes ya habían roto varios de los implementos necesarios.

Al menos a Yaoyorozu le estaba yendo bien, eso de moverse con suavidad y gracia le salía natural, aunque su forma de preparar el té seguía sin ser correcta y cada vez que Serō yTokoyami probaban el té preparado por ella lo encontraban o demasiado simple o demasiado amargo, sin la cantidad de espuma necesaria o con un mínimo de agua.

- Lo estás haciendo mal otra vez, Jiro-san -señaló Todoroki al ver a la chica recibir la taza de manos de Bakugō.

- Esto… es muy… frustrante -murmuraba al tiempo Kaminari demostrando su incomodidad por la vestimenta y la pose que debía mantener.

- Vamos a terminar todos con dolor de espalda por esto -señaló Tōru mientras intentaba acomodarse ante la mirada de desaprobación de Yaomomo.

- Tōru-chan, no hagas eso -señaló la chica mientras intentaba volver a revolver el té y que lograse por fin ser bebible. Tokoyami volvía a mirarla moviendo la cabeza negativamente y la chica terminó con bajar los hombros como si estuviera derrotada.

- ¿Cuál es el problema? -preguntó Todoroki, que los había estado observando con atención.

- Yaoyorozu realiza todos los pasos correctamente pero…

- ¡Soy pésima preparando este tipo de té! -exclamó agitada la chica.

- ¡TODOS SOMOS PÉSIMOS EN ESTO! -Se escuchó de pronto gritar a Mina que terminaba por soltar la taza de té que le habían entregado y tirarse sobre el tatami, importándole nada la corrección que exigía la situación en la que se encontraban. Otros tantos de sus alumnos le siguieron, dándose un pequeño descanso de todo el estrés que les había producido el ser incapaces de cumplir con una tradición como esa.

Aizawa suspiró. Ya estaba dándose por frustrado e incluso había comenzado a contemplar la posibilidad de falsear los resultados de ese "entrenamiento" para el director Nezu, sobre todo considerando que ¿quién sabría en otro país cuál debería ser el sabor exacto del té? ¿Quién sabría qué tan delicados debían ser los movimientos? ¿Quién podría culpar a los chicos de romper alguno que otro intrumento con su heróica fuerza? Cuando de pronto sus ojos se detuvieron sobre Uraraka, sobre una muy femenina y delicada Uraraka.

Lloraría de la emoción si no fuese porque sus ojos siempre estaban demasiado secos.

¿Cómo había logrado eso? Ni idea, pero tenía al anteriormente tenso Iida y el nerviosísimo Midoriya bebiendo té de manera perfecta, mientras que ella sonreía levemente y continuaba con los pasos para finalizar la ceremonia que, al parecer, acababa de celebrar para ambos chicos (por tercera vez si su memoria no le fallaba).

- Oi, Uraraka-san -la llamó, la chica se dio la vuelta inmediatamente- ven acá y haz la ceremonia para mí.

- Sí, señor -respondió inmediatamente, tomando los utencilios que se le habían asignado y caminando tranquilamente hacia donde estaba ubicado el profesor.

- Todoroki, ven acá tú también -llamó al chico-. El resto se les acabó el descanso, ¡sigan ensayando!

- Sí -murmuraron los demás con la aflicción presente en sus rostros.

Ochako no dijo nada. Sabía perfectamente que el profesor no le había puesto mucha atención las veces que se había acercado al grupo, sobre todo porque toda su atención había estado en los pésimos movimientos de sus amigos, por lo que no se sorprendió cuando él la llamó: era bastante probable que él quisiera comprobar si efectivamente podía llevar a cabo la ceremonia.

Se mueve casi tan delicadamente como Fuyumi onee-chan. Fue lo primero que pasó por la mente de Todoroki cuando la chica comenzó con los preparativos necesarios para servir el té. Ninguno de los tres dijo nada, los hombres solo observaban atentamente los movimientos de la chica. La actitud solemne de los tres terminó por llamar la atención de los demás alumnos y todos comenzaron a observarlos atentamente e intentar imitar la actitud de cada uno de los participantes.

- ¡Eso fue increíble, Ochako-chan! -Exclamó Tsuyu una vez que la chica obtuvo un asentimiento de cabeza por parte de Aizawa después de que diera el primer sorbo de té a la taza que le habían entregado. La chica solo respondió con una sonrisa tímida, aún cumpliendo con el rol que se esperaba de ella y entregando la siguiente taza a su compañero.

- Bien hecho, Uraraka-san -la felicitó el hombre, al tiempo que Todoroki soltaba un suspiro después de beber el té, ¡esa sí que había sido una buena preparación del té matcha! Era casi comparable a la que hacía su madre.

Los tres continuaron con los últimos movimientos que exigía la ceremonia. Pronto Uraraka se vio ayudada por Midoriya para ponerse de pie (lo más difícil al estar envuelta en tantas capas de ropa).

- Bien hecho, Uraraka-san.

- Siendo sincero, no era algo que habría esperado de ti, Uraraka -comentó el maestro de manera despreocupada. A la chica le apareció una leve vena en la frente, demostrando que el comentario le había molestado un poco.

- No por nada me llamo Ochako, sensei -fue todo lo que respondió la chica, poniendo énfasis en las primeras sílabas de su nombre al tiempo que se encogía de hombros.

- ¿Realmente es por…? -Comenzó a preguntar Todoroki, quien estaba de pie al lado de la chica, esperando nuevas órdenes del maestro.

- ¡Claro que no, Todoroki-kun! -Respondió la chica con una sonrisa mientras golpeaba descuidadamente la espalda del chico-. Mi madre me tuvo practicando esto desde que tengo uso de razón… nunca supe porqué, la verdad.

- Quizá fue porque…

- Ustedes dos ya cállense -interrumpió el maestro-. Uraraka, estás a cargo junto a Todoroki, arreglen este desastre -les dijo antes de encerrarse en su saco de dormir y tirarse al piso descuidadamente. Al menos tenía a buenos estudiantes en los que podía descansar, a ver si la chica era capaz de corregir los desastres que estaban provocando sus estudiantes, tal y como lo había hecho con sus amigos más cercanos.

- Muy bien -murmuró la chica, mientras veía el rostro suplicante del resto-, creo que tenemos mucho en qué trabajar.

- Ajá

Uraraka Ochako:El Camino Para Ser Una Heroína Donde viven las historias. Descúbrelo ahora