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- ¿K-Keith? - balbuceó Lance, no podía creer que el azabache estaba justo delante de sus ojos. Lo acompañaba un lobo bastante llamativo junto con Krolia, estaba más alto, más musculoso y su pelo había crecido, pero era definitivamente Keith.

Los demás paladines estaban igual de impactados que él, especialmente Shiro, Lance se dio cuenta de que había pasado algo entre él y el mitad galra antes de que este se fuera.

- Esperen, esperen ¿cómo sabemos que este es el Keith real y no su hermano mayor, más musculoso y más genial? - al instante quiso abofetearse a sí mismo, tenía tendencia a decir cosas sin sentido cuando estaba nervioso, y en ese momento lo estaba. Mucho.

- No tengo tiempo para esto, Lance - dijo Keith con molestia, pero el moreno sintió la mirada de reojo que el Kogane le dio. Un escalofrío le recorrió la espina dorsal.

(...)

Lance no podía dormir, daba vueltas en su cama sin encontrar una posición buena. Estaba incómodo, inquieto, algo rondaba en su mente; alguien, mejor dicho.

No podía dejar de pensar en Keith, la culpa lo carcomía, la pelea que habían tenido antes de que el azabache se fuera y lo que le había dicho, se arrepentía muchísimo. Quería disculparse, pero su inseguridad era mucho más grande. Le tenía miedo al rechazo, a que Keith no lo perdonara, a que nada volviera a ser como era antes.

Aquellas palabras habían quedado grabadas en su mente:

"¡Pues tú nunca me gustaste! ¡Lo hice por pena, ¿entiendes?! ¡Por pura y absoluta pena!"

Y realmente no era lo que sentía, era en realidad porque el chico Kogane le había contado que iba a tomarse un tiempo e irse del castillo. Lance se sintió herido, creyó que Keith lo estaba abandonando y de alguna forma u otra dijo esas cosas horribles producto de la trsiteza. Pero era una mentira.

Él...

Él amaba a Keith.

Lo hacía con su corazón, se dio cuenta una de esas noches donde la culpa no lo dejaba dormir. Tomó dimensión del enorme error que había cometido.

Tenía que vencer sus inseguridades, porque si no lo hacía, iba a terminar rompiendo a la persona que más quería.

Tomó coraje y agarró el extremo de su sábana para apartarla de su cuerpo.

Pero antes de que pudiera hacerlo, la puerta de su habitación se abrió, dejando ver una alta y musculosa silueta. Era Keith.

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ajdkqlfiwodkd holaaaA

DIOS COMO EXTRAÑABA ESTO bueno estuve desaparecida banda de tiempo pero ya volví y con muchas ideas uwu

en fin lxs kiero muxo gracias por leer esta historia de mierda<33 adiosito

me chupa un huevo si hay faltas de ortografía

space gay bois [ klance ]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora