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Quizás no había sido la gran cosa, ya que Keith no había hecho ningún ruido, pero Lance pegó un salto en su cama, lanzando un gritito para nada masculino. El azabache, confundido, preguntó:

- ¿Puedo pasar?

Lance asintió en silencio, observando como el chico entraba a su habitación, aguantó la respiración cuando se sentó en su camá junto a él. Pasaron unos segundos bastante incómodos en los que ninguno decía nada, solo evitaban mirarse.

- Tenemos que hablar -dijo, al ver que el chico cubano no decía nada y estaba comenzando a ponerse ligeramente morado por aguantar la respiracióm. - O-oye ¿estás bien?

- Sí, sí - Lance tomó una bocanada de aire después de volver a respirar - Yo... yo también quería hablar contigo.

- Si no estoy equivocado, creo que es sobre el mismo tema - el pelinegro ahora estaba apoyado con sus codos en sus rodillas, mirando el suelo - Lance, yo lo siento y...

- No digas nada - lo interrumpió Lance, poniéndose de rodillas en su cama para poder estar más cerca de él - Yo soy quién debe disculparse, fui un completo idiota contigo. Estaba muy enojado porque te ibas y dije aquello sin pensar. Entiendo que estés molesto y me odies, pero lo que dije en nuestra pelea fue una mentira, me gustas y mucho, y obviamente sé que tú ya no sientes lo mismo por m...

Su confesión fue interrumpida por los labios de su contrario, quién llevó las dos manos a sus mejillas, dándoles suaves caricias.

- Nunca ibas a dejar de gustarme, idiota - ambos rieron, Lance se encontró a sí mismo acostado en su cama, pero con Keith encima de él, besándose todo lo que no pudieron durante ese tiempo.

- Me gusta todo de tí -murmuró el pelinegro, bajando con suaves besos a su cuello y disfrutando de las agradables caricias que el cubano hacía en su cabello - Tu personalidad, tus bromas tontas, tu forma de proteger a los que quieres, tu bondad... - fue interrumpido por un pequeño jadeo de parte de Lance al sentir como Keith besaba el punto dónde su cuello y clávicula se unían, el azabache añadió con diversión: - lo sensible que eres.

Lance rió al mismo que tiempo que sus rostros volvían a estar uno frente a otro.

- Idiota - y fue callado con un beso en los labios.

Las caricias y besos siguieron durante un poco más. También apareció algun que otro chupón en el cuello y clavícula de Lance, de los cuáles Keith no se avergüenza ni un poco.

Un rato después, Keith estaba apoyando su cabeza en el pecho del ojiazul, mientras que este lo abrazaba y le acariciaba el cabello.

- Sabes - murmuró Lance - después de todo esto, después de que derrotemos a Zarkon, si realmente hay un después... me gustaría ser feliz contigo, en la Tierra.

Keith sintió como su corazón se aceleraba, aquel chico era demasiado dulce.

- Lo seremos - dijo, somnoliento - seremos felices juntos.


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ME ESTÁ DANDO DIABETES

space gay bois [ klance ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora