Midorima Shintaro2 (1/2)

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Shizuka POV

No noté en que momento se detuvo el auto, mi madre me pedía que bajara y que la siguiera, delante de nosotros había una mansión enorme, era la primera vez que mi madre me llamaba con ella a visitar a su amiga.

Una vez adentro una sirvienta nos llevó hasta la sala, segundos después apareció la amiga de mi madre, una hermosa mujer de cabello verde oliva y ojos negros. Nos saludó y luego se nos pusimos a charlar, de repente un olor nos llamó la atención.

La señora se levantó y caminó con paso rápido hacia una de las puertas que conectaban con la sala, al abrir una nube de humo negro salió haciendo que aquel terrible olor inundara la sala.

Salió unos minutos después, mi madre y yo ya habíamos abierto todas las ventanas del lugar.

— Lo siento mucho, esto sucede cada vez que mi hijo intenta cocinar.

Detras de ella un chico alto de cabello verde estaba parado, tenía la cara y la ropa manchadas con ceniza. Limpió sus anteojos y se disculpó.

— Lo siento mucho, me distraje un momento y los panqueques se quemaron.

“Cuanto tiempo te distrajiste que se llenó de humo la habitación?” pensé, desde pequeña había aprendido a cocinar y hace poco me había graduado como chef profesional, me estaba aguantando la risa, pero mientras más lo miraba más ridículo me parecía.

— Midorima-san le molestaría si uso su cocina? — pregunté y ella me miró sorprendida.

— Sería un honor, si necesitas algo Shintaro te lo traerá.— dijo apuntando a su hijo.

— Que yo que?.

Entre en la cocina seguida de Shintaro, parecía molesto. Tomé los ingredientes necesarios para hacer unos panqueques, Shintaro me seguía con la mirada y observaba atentamente cada cosa que hacía.

— Quieres ayudarme?

— Por que querría ayudarte nanodayo?

— Es que llevas mirándome un buen rato y pensé que querías prepararlos panqueques conmigo.

Un leve sonrojo apareció en sus mejillas, frunció el ceño y abrió la boca para hablar pero no dijo nada.

— Toma, ayúdame a medir la harina.

— No dije que te ayudaría nanodayo.— dijo, pero ya había tomado la harina y estaba cirniéndola en un bol.

Desde aquel día nos hicimos amigos, Shintaro estudiaba en la universidad de Tokyo y yo trabajaba en un restaurante. Solía poner las excusas más extrañas para poder verme, y después de ocho meses me pidió que fuera su novia. Parecía un tomate aquel día, no dejaba de tartamudear y le costó como una hora poder pronunciar aquellas palabras.

— Shi-Shisuka-san...Qui-quie...

— Shintaro-kun estás bien? Tienes fiebre? Tu cara completamente roja! Es una alergia? Tenemos que llevarte a un hospital esto es...

— No, no es eso. No tengo nada.

— Entonces por qué...

— Por que quiero decirte que te amo pero no sé cómo!

Me quedé en silencio sorprendida por lo que acababa de decir, y él tardo unos segundos en darse cuenta de lo que había dicho. Trató de escapar, pero lo detuve abrazándole por la espalda.

— Q-q-qué estas haciendo!?

— Te estoy abrazando por qué estoy feliz. Yo también te amo Shintaro. —no podía ver su rostro, pero estaba segura de que era todo un poema.

Free!, Haikyuu!! Y KNB One ShotsWhere stories live. Discover now