CP. 2 - CONFUSA.

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« ¿Hermano?, es su hermana. » Camino de vuelta a las cajas

quedándome en la parte posterior de una de las filas, con la vista en mis manos y sintiéndome confusa, miro hacia los lados distinguiendo a la distancia al profesor que desviá su vista a ratos hacia donde estoy, hasta que su hermana abandona su fila llegando a mi lado.

— Ven, ponte con nosotros.

— No, está bien. — Puedo sentir mis nervios alterados y mis manos ligeramente frías.

— No ven, mira cuantas personas hay, estabas más adelante, vamos. — Insiste la chica jalando mi carrito hasta donde están ellos y ya rendida opto por acompañarla.

— Ah, por cierto me llamo Hazel. — Ella ofrece su mano hasta la mia que tomo con delicadeza no sin antes secármela discretamente.

— Yo soy...

— Danielle. — Pronuncio él llamando mi atención y provocando una sonrisa en su hermana.

Cada cual pago sus cosas y ya comenzando a caminar hacia fuera del supermercado, Hazel toco mi mano.

— Te llevamos, llevas muchas cosas.

— No está bien. — Pronuncio nerviosa.

— No, en serio Danielle, te llevamos. — Insistió está vez él profesor haciendo que no pudiera negarme debido a la culpabilidad que me invadía.

Guie al profesor hasta mi casa donde al llegar se bajo y me ayudo a sacar las bolsas de la maleta del auto. Sintiendo los remordimientos por mi actitud anterior, toque su brazo antes de que se fuera haciéndolo girarse.

— Lo siento, por todo... y gracias por traerme. — Mi ojos inevitablemente chocan con los suyos haciendo que el nerviosismo aflore con más intensidad.

— Tranquila, nos vemos mañana Danielle. — Mientras él volvía para entrar en su auto Hazel asoma su cabeza por la ventanilla.

— Chao Danielle, nos vemos vecina. —

« Soy vecina de mi profesor. » Observo el auto tomar rumbo doblando unos pasajes más lejos. Tomo las bolsas entre mis manos para caminar hasta la entrada donde Alva abre la puerta y me ayuda con el peso.

— ¿Quién era él del auto?

— Él profesor de lenguaje.

— ¡Que guapo!. — Celebra Alva mientras la miro de reojo sintiendo algo de molestia interna.

— Ay, Danielle esto es como ¿me enamore de mi

profesor.? — Alva asoma su sonrisa picarona tan característica.

— Alva, madura. — Camino hasta el lava platos, tomo un vaso lo lleno de agua y me lo bebo de un trago.

Alva no quita sus ojos de mi hasta que se escucha como la puerta de entrada es abierta dejando ver a mi padre en la entrada. Automáticamente Alva se gira corriendo en su dirección.

— Hola familia.

— ¡Papi!. — Chilla Alva mientras mi padre la estrecha entre sus brazos.

— Hija.

Mi madre aparece saludando al igual que Dante y si no fuera la hija del medio pensaría que nadie me ha visto, aún así camino hasta donde está mi familia reunida.

— Danielle. — Mi padre habla sentado desde su sillón personal.

— ¿Como te fue en el primer día? — Pienso por unos segundos en él profesor y luego contesto.

PROFESOROù les histoires vivent. Découvrez maintenant