2 Capítulo dos 2

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Sin intenciones de presumir Peter se consideraba un total experto en la ciencia de conocer todo aspecto de Tony Stark, sabía interpretar mejor que nadie la más simple acción de cómo y cuánto café tomaba en la mañana hasta saber con exactitud cuál era su estado de ánimo. Por ello cuando despertó y notó que su novio se encontraba en su baño gritándole a lo él suponía era su celular, no tardó en suponer que algo malo había pasado así que con intenciones de salir de la cama para poner calmar un poco al genio apartó las sábanas de su lado, más la pereza y las náuseas ganaron por sobre su buena voluntad y con una pierna guindando en la orilla de la espaciosa cama comenzó a quedarse dormido nuevamente.

Cayendo lentamente en brazos de Morfeo no se percató de que los gritos de Tony habían cesado, más el divisarlo saliendo del baño lo despertó un poco, abriendo ligeramente sus ojos fijados en su novio aún en pijama. Sonrió cuando este se agachó a su altura y le acarició el cabello, más la expresión negativa sólo la estaba disimulando pobremente y los ojos que siempre le miraban con brillo ahora estaban apagados, haciendo énfasis en las ojeras que hasta hacía poco el millonario se había comenzado a deshacer pero que ahora parecía había vuelto a recuperar. 

- ¿Pasa algo? - Preguntó ajeno al desastre mental con que lidiaba Stark.

- Pepper se está haciendo la difícil y no quiere cancelar mi vuelo - Contestó pasando su mano de su nuca a su muslo, moviendolo ligeramente para poder tomar asiento junto al adolescente

- ¿Y para qué quieres cancelarlo? - Cuestionó seguido de un bostezo, acomodándose para apoyar su cabeza entre las piernas de su novio estando aún acostado.

- Tengo algo más importante que atender aquí, Pete - Retomó su tarea de acariciar el cabello del menor, sólo que esta vez no disimuló su mueca de inconformidad - Hablando de cosas que atender, son las siete y veinte y con lo lejos que estamos de tu escuela si sigues acostado no llegaras a tiempo ni a la segunda clase -

(...)

Ultima clase del día y casi rogaba porque el reloj marcara las tres en punto para salir corriendo a casa de May, más parecía que la profesora no iba a detener su relato hasta que el timbre se hiciera sonar por todo el establecimiento y todos los presentes en el aula se daban cuenta de ello, volviéndose más ansiosos de lo que usualmente se comportarían.

- Bueno, si todos entienden lo suficiente para conversar y no prestar atención. ¿Quién quiere pasar a explicar qué fue el tratado de Versalles? Así se pondrían ir más temprano - Su piel se puso de gallina, erizando cada cabello de sus extremidades acompañados de un cosquilleo en su cerebro ya conocido anteriormente.

- ¡Parker quiere! -

Maldito sea Flash y su bocota de alcantarilla.

- ¡Si, si, si! -

- Peter, creo que no te salvarás de esta - Comentó la cuarentona en un intento de sonar divertida.

Levantándose de su asiento escuchó como Flash y su detestable compañía aplaudían y mirando a todos sus compañeros notó como Ned levantaba ambos pulgares mientras MJ movía sus labios queriendo decir "No vomites". Sumamente halagador.

- El tratado de Versalles fue un tratado de paz...-

El timbre se hizo sonar, milagrosamente salvando a Peter de hacer algo que, aunque podía hacerlo, no quería. Una sonrisa victoriosa estaba a punto de formarse en sus labios cuando notó que aquel sonido retumbante no era el de la campana, era la alarma de incendios.

- ¡Todos vamos a morir! - Chilló Ned tirando al aire todo lo que tenía a la mano, celular incluido.

- ¡Mantengan la calma! -  Gritó la única adulta presente mientras todos gritaban horrorizados

Entre mentiras y secretos  - StarkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora