Sueños Divididos ~taegi/yoontae~

54

Hola, Taehyung.

Sé qué, probablemente, nunca leas esto. Y hoy, cómo cada 9 de agosto, salgo a buscarte por toda la plaza de la reconstruida Nagasaki.

Año con año lo hago, hoy ya es el 9 de agosto de 1979, ¿qué rápido pasa el tiempo, verdad?

La gente ve extraño que aún sigo escuchando mi música en aquél fonógrafo que me regalaste, al igual que me ven raro cuando salgo a buscarte. Me miran con tristeza, y yo aún tengo la esperanza de volver a verte, a encontrarte, aunque de repente suelo pensar que eso no podrá ser, pero algo dentro de mí me dice que sí volveré a verte, aunque todos crean que te has ido para siempre. Pero yo nunca vi tu cuerpo sin vida, nunca lo encontré. Y no me daré por vencido, seguiré buscándote, si es necesario, el resto de mis días.

¿Recuerdas cómo nos trataban por amarnos? Ahora es un poco diferente, me hubiera gustado que estuvieras conmigo, es una verdadera lastima, ahora incluso cuando les cuento de ti algunas personas no lo ven malo, no cómo cuando nos juzgaban, aunque aún sigue habiendo gente así y que incluso me han insultado e intuyo que siempre habrá los de mente cerrada, porque las hay al algunas mirarme con desagrado al decir que eres y serás por siempre el amor de mi vida, pero muchos también han dicho abiertamente que son homosexuales, es una época de rebeldia, algunas cosas cambiaron, y me gusta imaginar que tú como yo...te sientes bien por esto.

Me niego a creer que el día del bombardeo de Nagasaki te fuiste para siempre de mi lado, todo se detuvo desde ese momento, absolutamente todo, y yo, sigo buscándote, una y otra vez.

Salí de la milicia y construí un restaurante para ti, para cuando te encontrara porque sé que amas ser chef, el restaurante sigue cerrado desde entonces. Si algún día llego a encontrarte, abriremos el lugar, y haremos todas esas cosas que nos dijimos.

Iré a llevarte esta carta a tu casa como lo hago cuatro veces al año, pero cada nueve de agosto me quedó en esa ciudad a la que voy a ver si apareces, justo después de buscarte por la plaza de Nagasaki y tomar el tren hacia la ciudad la cual nos vimos la última vez, aquella casa que sigue deshabitada desde el nueve de agosto de mil novecientos cuarenta y cinco, aquella fecha que nunca podré olvidar.

Pero sé que...algún día leeras mis cartas. Y que las responderas.