Capítulo 20: Un día de panadero y otras cosas más.

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La cubierta estaba inundada, y estuve a punto de tropezar con dos inflable antes de llegar vivo a tierra firme. Varias cosas se habían volado por la tormenta, y, oficialmente eramos contaminadores del río Ciena... tal vez ordene.... En otra ocasión.

Fui el primero en salir de los dos, para asegurarme si no había personas curiosas cerca, pero, era difícil, la calle parecía Venecia, y seguía lloviznando. Quizás, la tormenta estaba tomando un descanso para arrasar con más fuerza en la ciudad, pero, la calles estaba mojadas peligrosamente como para poder transportarnos por ellas... ¿Usaría mi moto?.

-No hay monos en la costa- alerté a Mari, que se cayó a penas asomarse a la cubierta.

Corrí para auxiliarla, además, guiarla segura a tierra firme.

-¿Estas bien?

- Creo que me partí varios huesos... pero estoy bien. - suspire hondo. Ella se quita las gafas de sol para ver la moto.

- Si no tuvieras gafas de sol, esto no hubiera pasado.

- ¿Nos iremos en tu moto?- miro el vehículo pensando si usarlo.

- Creí que tenías transporte.

- Ay no... solo cuando Adrien me lleva. Pero yo me vine a pie-abrí los ojos como platos.- No lo pienso hacer más... hay muchas personas locas sueltas por la calle- reí.

- Bueno, aquí no hay nadie después de una tempestad y... Nadie se imaginaría que la novia de un súper modelo fuera aun barco - se ríe.

-¿Y entonces?- dice confundida, al ver que voy subiendo las escaleras.

- No podemos ir en mi moto, es muy peligroso...

- ¿En serio?, y entonces...- me alcanza en las escaleras. - ¿Que haremos?

- Buscaremos otro medio que nos lleve.

- Los único medios de transporte de París son: el metro, los autobuses , carruajes y carros-dice contando con los dedos- y todos de ellos deben estar resguardados por la tormenta.

A penas llegamos arriba, miro hacia el frente y enseguida, tengo una idea.

-Espera aquí- digo y echo a correr al departamento de alquiler de bicicletas.

- Oye Luka, ¿a dónde crees que vas?- grita a mis espaldas, me río para mis adentros.

Por suerte estaba abierto, le pedí al dueño el alquiler de dos bicicletas por todo un día. Él me dijo que le quedaba sola una color negro, y me la alquilaba a 10 dolares.

Le pague al amable señor, le pedí prestado un cojín para colocárselo a la canasta trasera y fui pedaleando hasta Marinette. Ella, estaba asombrada.

- ¿Nos iremos allí?- pregunto con la voz temblando. Yo me baje de la Bici.

- Si, déjame ayudar a subirte a la canasta. - cuando la iba a cagar ella dio un brinco, alejándose de mi.

- ¿De que hablas?.

- Voy a ayudarte a subir.

- Si la moto es peligrosa, esto más.

- ¿Ese es tu saludo siempre cuando te invitan a pasear?-hace puchero.

- Ni loca me subiré sola ahí.

Breaking Rules: Una Vez Más ( Terminada)Where stories live. Discover now