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Por primera vez Jimin se sentía tranquilo ante la presencia de un extraño, su pecho ya no dolía, no sentía falta de aire y tampoco tenía escalofríos.

Ese niño castaño de ojos grandes y oscuros no paraba de hablar, se sentó sin permiso en su cama y comenzó a platicarle todo lo asombrosa que le parecía la mansión.

Jimin no decía nada, solo lo escuchaba y le gustaba ver como el castaño hablador torcía un poco la boca al decir algunas palabras y la forma en que se arrugaban sus ojos cuando sonreía.

Lo estaba analizando pues era la primera vez que estaba un niño casi de su edad frente a él.

—¿Cuantos años tienes?— Lo interrumpió.

—¡Diez!— Dijo Jungkook con entusiasmo.

—Eres menor que yo y estás siendo mal educado, deberías hablarme formal, tengo doce años— Dijo Jimin alzando una de sus cejas.

—No importa, ya te agarre confianza— Sonrió y se levantó de la cama.

Jimin torció los ojos por la ocurrencia de Jungkook y aunque aún le incomodaba un poco su presencia no quería que se fuera.

—¿Te vas?

—No puedo hacer pijamada, no pedí permiso, además me prohíbieron estar aquí pero prometo regresar en cuanto pueda.

—No te lo pedí.

—Ya sé que eres tímido, no te preocupes, nos vemos mañana— Se acercó a tomar la mano de Jimin pero este retrocedió asustado.

—¡No me toques!

—Juro que me lave las manos— Jimin comenzó a reír por lo que dijo.

—¡Eres un tonto!— Dijo aún riendo

Jungkook miraba con asombro la hermosa sonrisa de Jimin, era la primera vez que lo veía sonreír y se sintió bien al lograr hacerlo aunque no entendía cómo lo hizo.

—Tus ojos son lindos cuando te ríes, nos vemos ángel.

—Soy Jimin.

Salió de la habitación de inmediato y cerró lentamente la puerta para evitar hacer ruido, Jimin se intentó dormir pero no podía sacar de su mente a aquel pequeño parlanchín.



...




El castaño por alguna razón deseaba verlo de nuevo, quería conocer más sobre él y eso no dejaba de acelerar su corazón, imaginaba qué hubiera pasado si le hubiera permitido tomar su mano.

Eran las 3 am y seguía pensando en él, en esa hermosa sonrisa y sus ojitos que brillaban con la luz de la luna.

—¿Cómo puede ser tan bonito? Si fuera niña le diría que fuera mi novia— Susurró para sí mismo.



....




Entró Yoona con el desayuno favorito de Jimin a la enorme habitación, estaba retrasada y pensó que Jimin estaría muy molesto pero pasó lo contrario.

—¡Nanaaaaaa! ¡Te estaba esperando!— Dijo alzando los brazos con emoción.

—Dormiste bien por lo que veo mi niño— Le sonrió.

—En realidad no pero tengo muchas ganas de jugar ajedrez y vencerte, hoy no es tu día de suerte así que prepárate.

—Primero el desayuno.

Después de varias partidas y horas transcurridas Jimin estaba algo impaciente porque Jungkook no había salido al patio y dentro de él nacía el deseo por verlo.

Desde Mi VentanaWhere stories live. Discover now