Día 6: Un príncipe azul y un sapo.

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Las señoras que caminaban alrededor de aquella banca murmuraban entre ellas lo perfecto y apuesto que era el chico que estaba sentado en ella. El rubio sonreía cada que escuchaba uno de aquellos cumplidos, y pasaba de hoja a su libro sin darle importancia.

Sabía lo realmente apuesto que era y escucharlo de otras personas era agradable. Solamente que aún recordaba lo dicho por aquel raro chico el día anterior.

Seonghwa había ido a caminar por el parque como normalmente hacía todos los días, cuando un auto se estacionó definitivamente mal. De él bajo un chico sumamente alto.

¡Hey tú! —Había gritado el chico apuntándole. Seonghwa estaba en verdad confundido— ¿Te crees la gran cosa como para hacer llorar a mi Sanshine y después querer regresar con él?

El rubio no tenía idea de a qué se refería el extraño sujeto. Solamente caminó hacía él tratando de verse lo la seguro posible.

Habla más despacio, plebeyo. ¿Quién es Sanshine? ¿Tú mascota?

El chico alto se había lanzado contra él, haciendo que su cuerpo tambaleara y sin mantener el equilibrio cayera. El extraño arriba de él, arrugando su ropa deportiva.

Es mi mejor amigo, idiota. Choi San. —Seonghwa recordó al chico inquieto de su clase de letras— Tú cosa fea le hiciste llorar.

Cosa fea.

Esas dos palabras se habían quedado en la mente de Park el resto de día hasta el siguiente.

El chico no debió haber hablado en serio. Debió haber cometido un error. ¿Cómo podía el ser una cosa fea?

El rubio se río con gracia.

—Las personas de hoy en día tienen bastantes problemas de la vista.



(...)



— ¿Cómo pudiste perder el auto? —Le preguntó molesto San al alto en cuánto llegó al departamento. Yunho hizo un lindo puchero con sus labios a la par que dejaba su mochila en el sofá. San continuaba con su rostro totalmente serio.

—No lo perdí. —Respondió Yunho sentándose a su lado. Recargando su cabeza en el hombro del menor— Me perdí yo.

San golpeó la cabeza de éste. —Escuché que Mingi casi te despide.

— ¿Casi? —Preguntó irónicamente el alto—. Me corrió peor que a un perro.

—No duraste siquiera una semana, Yunho.

Yunho suspiró rendido. —Eso no me preocupa Sannie. Ayer ví a Park.

San miró de reojo a su amigo, sorprendido de que en verdad hubiera hecho eso. Estaba entre enojado y feliz. Enojado por haberle desobedecido aún cuando le había enviado decenas de mensajes exigiéndole que regresara a casa lo antes posible. Y feliz de que su amigo se hubiera tomado el tiempo de hacer eso, aún cuando sabía que no lograría nada con intentarlo.

— ¿Perdiste tú trabajo por mi culpa?

—No. En realidad, Mingi me despidió porque un cliente se quejó de que su peluche nunca llegó.

San soltó una pequeña risa que hizo sonreír a Yunho.

Podría soportar miles de veces hacer el ridículo frente a muchas personas solamente si eso hacía sonreír a su amigo de esa manera.

Había tenido el horrible pesar de ver a San llorando, en la oscuridad de su cuarto. Si no hubiera olvidado su dinero en su ropa sucia nunca se hubiera enterado de los problemas que su amigo escondía para sí. Había descubierto que San era un chico que era ignorado en su clase, que era marginado en su universidad.

Yunho estaba enojado. Y más aún cuando San lo tranquilizó contándole que no todo estaba mal. San había dicho que tenía al menos un amigo que nunca le dejaba solo.

Para el pesar del alto, ese amigo era Park Seonghwa.

—Yunho...

—Sannie...

Dijeron al mismo tiempo después de unos pacíficos minutos. Los dos se miraron sonriendo.

—Tú primero. —Dijo San soportando las ganas de reírse.

—Eres el mejor amigo que pude tener, Sanshine. —Yunho recordó al pequeño soldado caído de nombre, Shiber— A veces me parece demasiado tenerte a mi lado, si soy dos metros de pura mala suerte.

— ¡Yunho,  deja de decir esas cosas!  —Gritó sonrojado el menor golpeando sin parar el pecho del alto— Me siento mal ahora, yo solamente quería decirte que mi hombro empezaba a dormirse con tu peso. Ahora tendré que decir algo lindo también.

Yunho puso la peor cara de póker de su vida. Aunque bueno, podía esperar ese tipo de cosas también de San. Total, por alguna razón los dos eran amigos.

—Hablando de lindo. —Comenzó Yunho de nuevo— Ese Seonghwa es malditamente atractivo. Haste envidia me dio ser ese traje apretado. Por los nervios y la envidia le tuve que decir que era una cosa fea.

San río escandalosamente al escuchar lo último. Conocía a su... "Amigo" y probablemente en ese momento aún le esté dando vueltas a ese comentario.

—Tú también eres hermoso, Sr. Sapo.

—No más que tú, Príncipe Azul.

Los dos volvieron a reír recordando la estúpida escena que habían hecho de chicos. Cuando solían pelearse por una niña en el prescolar.

Cuando ellos exigieron una respuesta de ella, la niña solamente dijo que elegía a San porque parecía mas un príncipe que Yunho, al cual le llamó sapo porqué para ella era feo.

San en vez de sentirse emocionado, se molestó con la chica y le pidió que le pidiera disculpas al niño de mejillas sonrojadas y mojadas por las lagrimas. Yunho le arrojó tierra a los dos por igual.

Digamos que el Yunho de antes solía ser un poco berrinchudo y no solía pensar las cosas antes de hacerlas.

Algo similar a lo que es ahora.

Solamente que con algunos centímetros de más.




¡¿Dónde está Shiber?! || ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora