5. Tormenta II

731 70 3
                                    

Estaba frente al espejo viendo como me quedaba su remera, en realidad me iba gigante, un poco menos de la rodilla, creo que no tendría inconvenientes al dormir solo con con eso, era similar a un camisón.

— ¿Como me queda?— le pregunté a Dylan.

— Te ves hermosa— dijo en voz baja.

— ¿Qué dijiste?— no lo había escuchado.

— Que te queda grandísimo, eres una enana.

— Eres muy gracioso, no me había dado cuenta— siendo sarcástica.

— Bueno ya acuestate y duérmete que estoy cansado— recostandose en el sofá de su habitación.

— Bueno— me acoste y me tape con las sabanas.

Se hicieron como las 3 a.m y no podía dormir, tal vez era porque no estaba en mi casa y me resultaba un poco incomodo.

— Dylan ¿estas despierto?— pregunté en voz baja.

— Si, se me fue el sueño.

— No era que estabas "tan cansado".

— Cállate, ¿tu que haces despierta?

— No puedo dormir.

— ¿Por que será?

— ¿Dylan por qué no fuiste hoy a clases?- estaba bastante curiosa.

Se volvió un silencio bastante incómodo.

— Sabia que el profesor faltaría.

— ¿Entonces por quéue no te fuiste a casa?

— Porque tu tenias que venir hoy aquí y no sabrías como llegar.

— Pero que buena persona.

— Duermete idiota.

— No quiero.

— ¿Qué no?

Dylan se levanto del sofá y se dirigió a la cama, tomó una almohada y me pego con ella en la cara.

— Así que quieras pelea— tomando una almohada.

— Claro.

Nos pusimos a hacer una guerra de almohadas en la cama, hubo varias veces que casi me caigo de la cama y el también pero fue muy divertido, luego de 10 minutos ya nos habíamos cansado y nos tiramos en la cama. A eso de las 9 a.m me desperté.

— Que bien dormi— comenté en voz baja, mire hacía un lado y vi a Dylan—. Que rayos haces en la misma cama que yo.

—¿Qué?— medio dormido y con los ojos cerrados.

— Sal de la cama— le di una patada que lo tiro de la cama.

— Auch, ¿qué te pasa?— desde el suelo con cara de enojado.

— ¿Por qué estabas durmiendo conmigo?

— Anoche jugamos una guerra de almohadas y nos quedamos dormidos— intentó explicar.

—Lo siento— le extendi mi mano para que se levantara.

— Acepto tus disculpas— tomó mi mano y me tiro al suelo con el.

— ¿Por qué hiciste eso?— desde el suelo.

— Tu me tiraste primero.

— Mejor callate.

Nos levantamos y miramos a la hora, nos dimos cuenta que era muy tarde así que nos cambiamos y estábamos por salir, ahí fue cuando a ambos nos llega un mensaje de el director, comunicándonos que hoy tampoco abría clases, por alerta meteorológica, también los bomberos recomendaban no salir de nuestras casas. Así que no podría ir a ningún lado.

— ¿Y ahora que hacemos?— preguntó Dylan.

— No se esta es tu casa, dilo tu.

— ¿Vemos peliculas?

— Mmm bueno.

Comenzamos a preparar palomitas y gaseosas para ver la película, y fuimos al sofá.

— ¿Qué quieres ver?— preguntó el.

— No se lo que quieras.

— Vemos esta de zombies— dijo mientras pasaba las películas con el control.

— Bueno esta bien.

Comenzó la película era muy interesante los primero 30 minutos parecía mas comedia que cualquier otra cosa.

— Está aburrida, no da nada de mie... ¡¡AAAAAAH!!— en ese momento apareció una escena de terror, y me dio mucho miedo asi que puse mi cabeza atrás de la espalda de Dylan mientras con mis manos le sostenía el brazo.

— No da tanto miedo eres una cobarde... ¡¡No puede ser aaah!!— gritó.

— ¿Me decías?

— Bueno eso si dio miedo.

— Jajaja idiota, entonces no te quejes porque te voy agarrar del brazo.

— Esta bien, te protegere.

— No seas cursi— le pegue en el brazo.

Pasaron las 2 horas de la película, en verdad si dio miedo en algunas partes, me resultó lindo ver esa pelicula con el ya que también es un poco miedoso. Sin dudarlo volvería a ver otra película con el.

— ¿Te gustó la película?— preguntó.

— Si, estaba buena.

— Entonces ahora que hacemos, ya es mediodía, ¿Comemos algo?

— Dale, yo cocino esta vez.

Me levanté del sofá, me lave las manos y fui a ver que había en el refrigerador como para cocinar. Terminé cocinando ramen, era lo único que podía cocinar, ya que al parecer no había hecho las compras de la semana. Al terminar de cocinar puse los platos y serví la comida.

— ¡Dylan ven a almorzar!— grité desde la cocina.

— ¡Ya bajo es que me estaba bañando!

— ¡Apurate!— sentadandome.

— ¡Ya estoy bajando!— dijo mientras bajaba de las escaleras.

— Espero que te hayas secado el pelo.

— Si me lo se...— se escucha un ruido muy fuerte.

— ¡¿Que paso?!— comencé a correr hacia donde estaban las escaleras.

Me caes mal, idiota [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora