Capítulo 14

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2 de octubre, 2015


Estoy encerrada en el baño como una cobarde. No quiero salir, cuando entramos a la habitación lo primero que hice fue encerrarme. No tengo batería en el celular, estoy cansada y asustada.

Caminamos toda la noche en el bosque hasta llegar a la carretera. Un camión nos dio un aventón hasta el hotel más cercano que encontramos. Agradecí tanto que no estuviéramos solos en el camino. No después de lo que paso.

Estoy tan preocupada por mis amigos. No tengo idea si lograron escapar de Los ancianos. Lo único que me queda es confiar en que Eian los mantendrá a salvo.

Eian....

Si tan solo supiera lo que sucedió. Tengo miedo de contárselo. Puedo guardar el secreto ya que no existen pruebas y estoy segura que nadie nos vio. Dudo mucho que Kirian abra la boca.

—Aysel —unos toques en la puerta me regresan a la realidad —Bajare a preguntar si pueden prestarme un teléfono ¿Necesitas algo?

—Estoy bien. Me quedare aquí.

Escucho la puerta de la habitación cerrarse. Salgo del baño e inspecciono el lugar, tiene una cama mediana, un pequeño ropero con dos perchas, una televisión pequeña, el control remoto esta encima de esta. Hay dos botellas de agua en la cama, con unas toallas y dos pequeños jabones.

Muero de hambre. No he comido en dos días.

Abro la botella y me tomo el agua como si mi vida dependiera de ello. Me siento en la cama y dejo caer mi cuerpo hacia atrás.

Esto no podría ser peor. Kirian y yo en una habitación de hotel.

Los minutos pasan y el pelinegro no regresa, parte de mí se alivia, pero otra parte teme que le haya sucedido algo.

Calma Aysel, calma.

Vuelvo a pensar en mi padre. Y en esa palabra que todos han utilizado cuando se refieren a mi Cazadora aún no sé qué demonios significa eso.

Kirian entra en la habitación, me siento de golpe. Trae consigo comida. Gracias al cielo. Me ofrece una bolsa y corro hacia ella. Tengo tanta hambre que podría tragarme la bolsa sin siquiera abrirla. Me siento en la cama y como en silencio. El hace lo mismo.

—Eian está bien —la sola mención de su nombre me paraliza —esta de camino al lugar seguro, tus amigos están con él. No tienes de que preocuparte.

Termino de comer en silencio. Lo he pensado mucho, es hora de que me diga la verdad. Exijo saberla, si sigo sin saber que sucede voy a enloquecer. Kirian termina de comer y después se pierde en el baño. Cuando salga tendremos una conversación muy interesante.

—Aysel... ¿Podrías pasarme una toalla?

Nerviosa camino hacia el baño, toco la puerta. Cuando abre el vapor sale a la habitación, tiemblo cuando veo su brazo mojado asomarse. Le entrego la toalla y corro directo a la cama.

Lo espero sentada, cuando sale me deja sin palabras. Gotas de agua caen por su cuerpo, la toalla le cubre la parte de abajo, no quiero verlo, pero es imposible. Este hombre está más bueno que el pan.

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Atracción Peligrosa ©Where stories live. Discover now