sinopsis curvilínea

86 9 1
                                    

Maldito día en esa oficina infernal, nuevamente evadiendo a mi jefe. Ese hombre es tan estúpido, ni en un millón de años me dejo caer así de bajo y patética.

— ¡¡¡Hasta mañana!!! —Saludé amablemente dispuesta a irme. 

  Al llegar a casa que encuentro… Mi pareja con otra chica en la habitación. ¡¡¡Esa perra lleva mi camisón!!! 

  Molesta salí de allí, mis tacones resonaban en la acera por el enojo y los celos. Cerca de la parada del bus algo llama mi atención, un chico alto, delgado, de cazadora larga y guantes se queda mirándome. Llevaba unos jeans clásicos que hacían juego con unas botas. Lo sé porque su mirar me atraviesa, inclusive con ese casco puesto.

—Abril, ¡¡¡espera amor!!!

—No hay nada que hablar, ¡¡largo idiota!!

—Suba, señorita, vámonos de aquí. Conozco a ese patán. Siempre lleva diferentes chicas a su casa. Eres la esposa, supongo.

—Ex, querrás decir…

—Ánimo le invito algo, conozco un buen bar a unos minutos…

—Gracias, usted es…

—Ya habrá tiempo abril. Sujétate fuerte.

Narra Abril;

   Es extraño, mi horóscopo decía que hoy sería un gran día… Un cambio de 360 grados, vaya locura. Su voz era algo extraña, grave, pero a la vez forzada. De hecho, noté un poco de feminidad. Seguro imaginó cosas. Huele a perfume de hombre sofisticado, no de la clase mediocre. 

Estúpido Ezequiel.

  La cazadora le quedaba de lujo. Por curiosidad, meto mis manos alrededor de su cintura para no caer. Cuando llegamos me ayuda a bajar, esa motocicleta es enorme. Tuneada a todo cañón.

—Puedo llevar la señorita, ¿me permite? Soy un caballero aún.

Asentí tímida. Me escoltó con él a una mesa alejada. Al pisar el local, todos voltean en mi dirección.

—Mell… ¿La vas a llevar? Que no huya como la última.

— ¡¡¡Cállate Frank!!! Sírveme lo de siempre. ¿Y usted señorita?, ¿qué desea ordenar?

—Lo que usted pida. Aún no me dijiste tú…

—Tranquila, abril. Soy de fiar, si me disculpas un momento.

Vació sus bolsillos delante de mí, hasta que finalmente saco un encendedor clásico metálico junto a sus guantes de moto quero.

—Ya sabes las Reglas.

—De acuerdo, estaré afuera. Abril ya regresó.

Susurro «Señorita, huya mientras pueda. No es lo que parece, ¡¡hágalo rápido!! En 5 minutos estará de regreso, ¡¡¡porfavor!!!

—No me iré a ningún lado, además fue amable.

En Las Curvas De Tu Cazadora (En Edición) Where stories live. Discover now