HAZIEL .3⭐

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-¿Cómo rayos fue que se enteraron?

-No se Bit, eso mismo me pregunto yo, de ahora en adelante debo ser mucho más cuidadoso.

-Deberías dejar de verla Haz, es muy peligroso que sigas con este juego.

-¿Juego?, crees que esto es un estúpido juego Bitia? ¿Mi amor por Lisa te parece un juego? -Si de por sí ya estaba tenso, ahora su comentario me había enfurecido, ella realmente no me entendía, no entendía el amor.

-No Haz, perdón, no quise decir eso, es solo que me parece absurdo que arriesgues todo por una humana.

-Es verdad, soy un estúpido por creer que tú lo entenderías, no entiendes esto, nunca has amado.

-Tienes razón, no lo entiendo, y no quiero entenderlo nunca.

-Ojalá y alguien logre enamorarte, para que te descongelen ese frío corazón que tienes, sabes, a veces dudo de que tengas uno. -Hablé enojado.

-Creo que sería mejor que pospusieras tu cena de hoy, es muy riesgos que vayas. -Habló cortante, mi comentario la lastimó.

-Es por eso que estoy pidiendo tu ayuda Bitia, tengo que pedirle que sea mi esposa antes de que pase cualquier cosa, esto es algo que necesito hacer ya. -Sentencié.

-Haziel entiende por favor! Temo por tu bien. -Su mirada me demostraba toda la preocupación que trataba de ocultar de mí.

-Está bien, si no piensas ayudarme no te obligare, haré esto solo, después de todo, no esperaba que me ayudaras.

- ¡Haz, no!

Fue lo último que escuche de Bitia antes de transportarme a otro lugar, y para ser exactos a la ciudad de Lisa, en Venecia, Toscana.
Aún recuerdo la primera vez que llegué aquí, a este hermoso lugar, pero aún más importante, la primera vez que la vi a ella. El superior me designó a mí para ser su ángel guardián, temporalmente claro, ya que yo soy un ángel de guerra, y no un ángel de la guarda.

Y es que, ¿Cómo olvidar ese día?

Flashback

El superior me había mandado a llamar, no tengo idea de para que sea, quizás para que duplique los entrenamientos, pero no estoy seguro, había llegado al palacio blanco, el lugar donde todos nuestros superiores se reunían y discutían sobre asuntos de la tierra, el cielo, y posibles ataques de demonios.

Nosotros los ángeles no tenemos permitido entrar a este lugar ya que para todos nosotros es muy sagrado, y solo podemos acceder a él por medio de un llamado de un superior, pero esto no suele pasar muy seguido.

-Bienvenido arcángel Haziel, el superior lo espera en la sala de cristal. -Me habló amablemente un serafín, de piel morena y ojos verdes que vestía una túnica blanca- sígueme, es por aquí.

Me señaló para que lo siguiera, y agradezco mucho que me diga a donde ir, porque me perdería en este enorme lugar.

-Disculpa, -Le hablé al serafín que iba caminando frente a mí- ¿Sabes para que me mandaron llamar?

-Lo siento, pero no me es permitido hablar de eso. -Dijo aquello de manera cortante.

Vaya, que amable.

Nos adentramos a un pasillo largo y muy elegante, todo aquí era de tonos claros, desde el rascacielos hasta el suelo y las decoraciones, caminamos más hasta que llegamos al final de este y nos encontramos con una enorme puerta blanca de madera.

-Es aquí, por favor pasa. -Dijo para después abrir la puerta y permitirme el paso, entre a la habitación y la puerta se cerró detrás de mí.

El lugar era enorme, y como su nombre lo decía, era de cristal, el piso no era un piso normal como los que solíamos observar que tenían los humanos, era literalmente transparente, si mirabas al suelo podías ver las nubes pasar bajo tus pies, si fuera un humano probablemente me daría miedo caminar por este lugar.

Un hombre alto, vestido de blanco se encontraba mirando uno de los enormes ventanales del salón, se encontraba de espaldas, por lo que no podía verle la cara, suena raro, pero la verdad es que nunca antes había visto la cara del superior, si, había hablado antes con él, pero eso había sido por medio de llamadas, no como esta vez, frente a frente.

-Toma asiento mi fiel cordero. -Su voz era muy gruesa, fuerte y clara, era de esas voces que difícilmente olvidarías.

Procedí a hacer lo que me había dicho, divisé en el lugar una mesa de centro y a su alrededor unos sillones, que claro, eran blancos. El lugar estaba repleto de completo silencio, un silencio incomodo, a decir verdad, lo único que se escuchaba eran mis pasos dirigiéndose al sillón, cuando al fin llegue y me senté, él seguía ahí parado de espaldas, como si yo no estuviera aquí, me encontraba bastante ansioso y nervioso, es decir, estoy en un salón con uno de los hombres más importantes del cielo.

-Me alegra al fin verte joven Haziel -Estaba a punto de contestarle, pero levantó una de sus manos para indicarme que me callara-No, déjame continuar, como te habrás dado cuenta, con el pasar de los años se han ido generando ciertas dudas entre los ángeles, y sobre todo, dudas sobre nuestro señor -se persignó- es por eso que los ángeles de la guarda han ido disminuyendo, ya no creen más en la palabra de nuestro señor y exigen tener su libre albedrío como los humanos. Por eso ahora te pido que tú y tus soldados tomen el lugar de los ángeles de la guarda, mientras que la situación se mejora, solo será por poco tiempo, espero y decidas apoyarme.

-Yo... -Iba a darle mi punto de vista, pero él me silenció por segunda vez e impidió que continuara hablando.

-Qué bueno que lo entiendas hijo mío, gracias por tu ayuda. -Hizo que me levantara del sillón, palmeo mi espalda y después me agarró del hombro para dirigirme a la puerta principal del salón, una vez que estuve fuera cerró la puerta detrás de mí, el serafín que antes me había indicado cómo llegar a este lugar me esperaba de pie ahí en el mismo lugar en donde se había quedado cuando entré.

-El superior te mandará una lista con los nombres de todos los humanos a los que deben de cuidar.

Agradable conversación la que acababa de tener.

Y así como rápidamente había llegado al lugar, rápidamente había salido con una nueva misión que cumplir, pero sin saber, que es misión me haría conocer al amor de mi vida.

Fin del flashback.

Me encontraba justo afuera de la casa de Lisa, era de noche, por lo que el lugar se encontraba callado y tranquilo, todo en este lugar inspiraba paz y armonía, decidido me acerqué a la puerta de su casa y comencé a tocar, esperé por unos minutos hasta que ella abrió la puerta lentamente.

La había extrañado tanto.

-Hola Lisa. -Con tan solo verla olvidé todos mis problemas, y no pude evitar contener mi sonrisa, se veía tan hermosa.

-Hola Haziel. -Dijo tímidamente para después salir de su casa y cerrar la puerta, me acerque a ella y tome su mano dulcemente.

-Esta será una noche que nunca olvidarás. -Solo espero que sea de una buena manera, pensé algo preocupado, pero no, no lo permitiría, todo tiene que salir a la perfección esta noche.

Me había tomado la molestia de reservar una mesa en uno de los restaurantes más refinados del lugar, todo tenía que salir perfecto, ella se merece esto y mucho más, y yo me encargare de dárselo todo.

-¿Que locura tienes en mente Haziel? -Me pregunto divertida, ella me conocía tan bien, y eso me encantaba.

-Una locura que sé que te encantará. -Dije sonriente para acto seguido sujetarla de la cintura y robarle un beso, ella se sonrojo por lo que había hecho, se veía tan tierna.

-Sei l'amore della mia vita Haziel. -Me habló en su idioma natal, realmente amaba cuando hacía eso, yo simplemente la miraba con mucho amor.

-Non puoi immaginare quanto ti amo, amore mio. -Dije aquello que salió de mi corazón, y es que ella simplemente me complementa a la perfección, le doy gracias a Dios por haberme permitido conocerla, y así, tomados de la mano, nos dirigimos a aquella mágica velada que desde hace tanto tiempo esperaba.

Hoy es el día....

Ángeles Luna IWhere stories live. Discover now