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Dedicado a Jauregui_2707

El famoso 3 de marzo finalmente había llegado y la morena no podía estar más triste al respecto.

Hay días en que todo es gris. Hay días en que te cuesta levantarte de la cama porque tu corazón pesa de tantas penas. Hay días en que no te crees capaz de soportar otro segundo, otra decepción u otra mentira. Hay días en que tu mente está agotada, sobrecargada, sobreexplotada. Hay días que pasan tan lento, tan desesperadamente lento, que juras que la manecilla del reloj no avanza. Hay días en que te convences a ti mismo de que no sientes nada pero por dentro te estás asfixiando entre sentimientos, dudas y preocupaciones.

Con el anillo en su puño cerrado, Camila cuestionaba si debía o no levantarse de la cama. Aún recostada, se volteó para encarar el espacio vacío que Lauren podría estar llenando si tan sólo no se hubiese marchado justamente el día anterior.

"¿Qué hice mal?", se preguntaba. "¿Cómo podría haberla hecho quedarse?"

No importaba cuánto se torturaba en pensarlo, no obtendría la respuesta que buscaba porque la única que realmente lo sabía era la chica que había elegido no seguir más a su lado. Sonrió con tristeza mientras apoyaba su antebrazo sobre su frente. La ojiverde era su único deseo.

¿Tan difícil es ser feliz?

—Feliz cumpleaños a mí— susurró devastada.

•••

Lauren se sentó al borde del muelle. Era lo suficientemente temprano para ver el sol sobrepasando la línea que simulaba el borde del océano frente a ella.

Estaba tan perdida, tan desolada, tan confundida. Su corazón gritaba un nombre y su mente lo rechazaba. No importaba cuánto apretase los puños, o cuánto cerrase los ojos, o cuánto le doliera el pecho; los pensamientos no paraban. ¡Joder que no paraban! Enterró sus manos en su cabeza como si eso fuese a darle estabilidad mental y haló su cabello con rudeza, intentando callar la voz que le decía soluciones que sólo traerían más problemas.

A lo lejos, un lobo blanco observaba en silencio.

La demonio de ojos claros era más que consciente de su presencia, pero no le importaba. Era una de las únicas "personas" que realmente toleraba tener cerca desde hacía unos días. No por eso le haría caso si le decía algo, prefería ignorarla y pretender que no sabía que la estaban cuidando.

Dejó en paz su cabello y cambió de objetivo, siendo esta vez sus rodillas donde enterró las uñas, trazando finas líneas que dejaban un leve rastro de sangre cada que recorría de arriba a abajo las piernas con enojo. Se lo merecía, pero ni siquiera le dolía. Ya no sabía qué hacer. Ya no sabía cómo herirse para sentirse satisfecha. ¿Es que la única forma de que no le doliera el pecho era si se arrancaba el corazón? ¿Tenía corazón realmente?

Su mente estaba débil, por eso podían leerla. La loba escuchaba con claridad sus pensamientos y se preguntaba si debía intervenir o no, odiaba ver a Lauren sufriendo de esa forma y causándose daño. No quería causarle más molestias, pero no soportaba ver a su hermana así. Dio un par de pasos hacia el frente y frenó cuando percibió un aura más en la zona.

—Lauren, Lauren...— la familiar voz de Yaireth de hizo presente mientras su cuerpo se materializada detrás de la ojiverde —¿Pero qué haces con tus piernas, colega?

Lauren rió amarga. "¿Colega?"

—Practico para cuando me molestes lo suficiente.

Yaireth sonrió y se sentó a su lado.

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⏰ Last updated: Dec 21, 2019 ⏰

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After falling. (Camren) [PAUSADA]Where stories live. Discover now