Prólogo

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—... S... Steve... estoy... estoy muy asustada...

Ahí estaba, Veronica Jae Varano, en la mayor situación de debilidad y sufrimiento y aferrándose a su pecho, un muy destrozado Steven Grant Rogers, que se negaba a aceptar lo que sucedía y no quería perderla por nada en el mundo.

Ninguno de los dos con anterioridad se había visto en tal situación de vulnerabilidad.

Todo se había vuelto lúgubre, oscuro y para Steve era lo peor que le pudiese estar ocurriendo.

Solo estaban él y su Ronnie; su Ronnie que por tanto tiempo quiso en secreto, su Ronnie a quien se negó a aceptar que la amaba por no querer estropear las cosas con ella, justo como ella también lo sintió en el pasado respecto a él.

Él y su Ronnie.

Ella lo volteó a ver una última vez, mientras sus ojos llenos de lágrimas empapaban su rostro y el de repente ya no pudo sentir su cuerpo entre sus manos.

— ¡NO! ¡¡¡¡NO!!!! POR FAVOR, RONNIE, N-no... no te vayas... ¡¡¡¡NO!!!!

Steve levantó la vista y una de sus manos intentando tocarle el hermoso rostro a su faro de luz, pero solo consiguió tocarla con las yemas de los dedos.

Steve jamás se había visto tan mal como entonces cuando la vio convertirse completamente en polvo ante sus ojos.

Y se negaba, no podía ser que se la hubiesen arrebatado, no después de todo lo que había pasado para que los dos decidieran confesarse su amor el uno por el otro.

La desesperación en el súpersoldado era más que evidente.

— ¡NO RONNIE! ¡NO TE FUISTE! ¡NO TE FUISTE! ¡POR FAVOR, NO! NO PUEDE SER CIERTO. ¡NO ES CIERTO!

Steve se dejó caer mientras sus lágrimas empapaban el suelo.

Estaba completamente solo, sin su Ronnie, sin la persona que había sido el motivo de sus sonrisas, sin la que fue su mejor amiga.

Aquella persona que le brindaba alegría a su vida se había ido.

"Querías que desapareciera de tu vida, eso voy a hacer, para siempre. Adiós Rogers"

Esas palabras que oyó en esa horrible visión hace años se habían vuelto realidad.

Lo peor que le pudiese pasar al fin se hizo realidad.

"Adiós Rogers..."

"Adiós Rogers"

"¡PARA SIEMPRE! ¡ADIÓS ROGERS!"

{...}

— ¡RONNIE!  gritó Steve con desesperación mientras abría los ojos y despertaba de ese horrible sueño.

Miró todo alrededor de su habitación con demasiada prisa, volteando una y otra vez de un lado a otro buscando a su chica especial, pero ella no estaba en ningún lado.

La pesadilla no terminaba, ella se había ido con la mitad de los seres vivos pero Steve no podía acostumbrarse a la idea.

La amaba demasiado.

Hacía años, cuando no quería hacerse a la idea de amarla, trataba distraerse de cualquier manera, pero aun así, todos los caminos y todas las maneras, lo conducían de vuelta a ella: la bella chica que siempre decía que había otra manera de encontrar la luz, aquella que se decidía a impulsar a otros a pesar de que creía muy poco en sí misma.

Anhilation [•Steve Rogers•] (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora