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N. Virgo

Todo es un desastre, hasta ahora había vivido una vida tranquila, en casa con mis pocos amigos, sin causar problemas, luego de la nada comenzaron a acusarme de haber hecho cosas que jamás haría, ahora estoy frente a este manicomio. Me dijeron que era un internado para personas como yo, que me tendrían vigilado aquí, como si realmente hubiera hecho algo malo.

Nunca he utilizado mi poder para algo innecesario, ni siquiera cuando era un niño, aún cuando muchos lo hubieran utilizado para hacer travesuras. 

Lo que más me sorprendió fue que ni mi madre ni mi padre dijeron nada cuando estos oficiales me subieron en su auto. Es más  parecían más que complacidos de deshacerse de mí.

          —Hola Virgo, soy Sonia la encargada de explicarte cómo funciona todo aquí —me dijo una mujer cuando me bajé de la patrulla.

Bajaron mi equipaje y la patrulla arrancó como si no quisiera estar ni un segundo más en este lugar. En sus manos tenía una tabla de madera con hojas que no alcanzaba a distinguir.

          —¿Qué estoy haciendo aquí?  —pregunté mientras la seguía, pasamos por varias capas de seguridad, pasillos y puertas, todo un laberinto pero ella no me respondió hasta que llegamos a una sala.

          —A aprender como los demás estudiantes.

          —Aquí es donde pasarás la mayor parte del tiempo. Por ahí podrás llegar a la enfermería, a la cafetería y los salones de clase —me sonrió y luego apuntó a una reja, a lo lejos en ese pasillo pude distinguir unas escaleras—. Por ahí están las habitaciones  —apuntó a la gran puerta metálica al otro lado de la habitación y comenzó a caminar por la sala con tranquilidad—. El patio está al otro lado de esa puerta, cruzando este en el otro edificio hay una zona de investigación  donde les realizan periódicamente exámenes para ver qué tan sano estás y con respecto a tus habilidades te enseñarán como utilizarlas sabiamente.

La seguí en silencio mientras avanzabamos más reforzaba mi teoría de que este era una especie de manicomio, cada puerta estaba reforzada con una reja de acero con cerraduras electrónicas aplastaba mis esperanzas de salir de este lugar rápido.

          —En esta escuela creemos que es más fácil el enseñar a jóvenes como usted cuando es un grupo pequeño ,además de ti solo otros once estudiantes viven en este edificio ,el resto de trabajadores vivimos en el edificio al otro lado del patio. A menos que los escolten esa es un área restringida —dijo severamente.

          —De acuerdo a tu informe nos dijeron que tienes tendencias a meterte en problemas, te recomiendo abstenerte de hacerlo mientras permanezcas en esta escuela.

Maldije internamente a todos fuera, a los profesores, mis antiguos compañero pero en especial a mis padres. La mujer se despidió y volvió por el pasillo de las mil puertas por donde entramos.

Estuve unos segundos parado en aquella sala algo confundido inspeccionando todo a mi alrededor, parecía una típica sala de juegos comunitaria, con un gran sofá ,una televisión, había una meseta  con flores de color blanco sobre el armario aun lado de la televisión sobre el sofá una cobija tejida de colores vibrantes. Dándome la impresión que alguien intentó darle un toque menos deprimente a aquella gris y monótona habitación.

No pasó mucho cuando la gran puerta de metal que daba a las habitaciones se abrió dejando ver a una persona.

Una chica de cabello ondulado castaño claro salía de aquel pasillo, vestía con unos jeans azules y una camisa de manga larga color borgoña en sus manos tenía un cojín amarillo fosforescente, cuando me vio dio un respingo, sus ojos cafés se abrieron ampliamente y una sonrisa emocionada apareció en sus labio. 

"La Academia" (Edición) [#1 A.P.N.E]Where stories live. Discover now