zero.

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Los jóvenes, de diecisiete años, se encontraban caminando por el parque, el sol pintaba el cielo de un color anaranjado. Con sus manos unidas y sus dedos entrelazados, de vez en cuando algunas miradas se cruzaban y unas risas escapaban de sus bocas. 

Luke y Madison eran la pareja más linda de la secundaria y nadie lo podía negar, porque era cierto. El chico rubio señaló hacia un banco, dando a entender que quería sentarse, y ella asintió con la cabeza mientras le mostraba una pequeña sonrisa. Ambos tomaron asiento, Luke tomó las manos de Maddie y comenzó a acariciarlas con sus pulgares. 

"Mads, tengo que decirte algo" Dijo con un tono bajo, ella se tensó, presintiendo que algo andaba mal.  

"¿Qué sucede, Luke?" Preguntó ella, confundida, mientras trataba de que sus miradas se conecten pero él no lo permitía. 

"Creo que debemos terminar" Contestó, todavía sin mirarla. 

"¿Q-qué?" Madison sentía que le habían quitado el aire "¿Por qué?" 

"Maddie, no hagas esto más difícil, por favor" El muchacho rogó, apretando sus labios, conteniendo sus lágrimas. 

"Es porque lo que pasó ayer, ¿Verdad?" Los ojos de Luke se ampliaron al escuchar esto.

"Mads...yo-" No pudo terminar de hablar, Madison se levantó de su asiento y comenzó a caminar, alejándose del él, con algunas lágrimas decorando sus mejillas.

"Lo sabía, solo querías utilizarme!" Dejó de caminar y se volteó para mirarlo, haciendo que él se choque contra ella. Al instante, la castaña lo empujó. "Que tonta fui." Su respiración empezó a hacerse más rápida mientras pasaba sus manos por su cabello y tiraba levemente de él. Limpiándose las lágrimas, conectó su mirada con el muchacho rubio. "Y yo que pensé que teníamos algo especial....me das lastima, Luke Hemmings." Volvió a darle la espalda y comenzó a caminar nuevamente.

"No, Maddie, déjame explicar-" El muchacho trató de agarrar la mano de, ahora, su ex. 

"Entonces ¿Por qué?" Se giró, alejando su mano del contacto.  "Hay otra persona, ¿Es eso, Luke?" Sus ojos miel se encontraron con los azules de él. 

"¿Qué? No, yo-" Su cara era una mezcla de confusión y dolor. Él realmente quería a Madison, pero no podía seguir con ella. Ambos estaban creciendo, convirtiéndose en unos adultos jóvenes, los dos tenían sueños pero iban por caminos separados. 

"Mírame a los ojos y dime que no quieres saber nada más de mi." Lo desafió. "Dilo y me iré." 

Luke se quedó en silencio, tomándose un momento para admirar la belleza de la muchacha que estaba frente a él.  Sus labios rosados que a veces eran decorados por un labial rojo. Su nariz perfecta, su cabello castaño que llegaba hasta sus hombros.Sus ojos marrones que se volvían miel cuando la luz los iluminaba, ahora eran de un color mas oscuro y estaban hinchados de tanto llorar.

"Madison" Suspiró. "No quiero saber nada de tí." 

"Mientes." Ella sacudió su cabeza lentamente, negando. "Luke." Suplicó.

Nuevamente, un silencio los invadió. Maddie, apretando sus labios y sintiendo como caía más agua por sus mejillas, miró por ultima vez a los ojos azules que tenía delante suyo y sin pensarlo, se volteó y caminó en dirección a su automóvil.  

Bastaron unos segundos para que Luke reaccionara, no podía creer lo que había sucedido. Sus pies parecían no responder a lo que su cerebro pedía ¡No dejes que se vaya! 

"¡Madison!" Gritó. Casi tropezándose, persiguió a la muchacha que ya estaba dentro de su auto. Colocó sus manos en la ventana del piloto, golpeando suavemente para que ella abriera, pero lo ignoró. "¡Espera!" Se apartó cuando sintió como el carro aceleraba, alejándose de él. 

Asi fue como Luke, parado en medio de la calle, veía a la chica que quería mientras se iba. Agarró su pelo rubio y tiró de él, bufando. Para luego darse media vuelta, yendo a buscar su auto.


Su relación había durado un año. Luego dos semanas desde que todo terminó, Madison empezó a sentirse extraña. Tenía náuseas, se sentía cansada constantemente, su humor pasaba de ser alegre a malo. Estos síntomas fueron lo que lograron hacer que Mads compre un test de embarazo. Si era positivo todo iba a tener una explicación,  incluyendo el momento donde sintió que le faltaba el aire, en la tarde que habló con Luke por última vez.  Luego de esperar tres minutos, la muchacha quedó con su boca abierta luego de ver el resultado.

Positivo. 

Madison estaba embarazada, y la única persona con la que había estado, era Luke.

Un tiempo antes de que la bebé naciera, Maddie le envió una carta al muchacho, pero nunca recibió una respuesta. Cuando la chica con cabello castaño dio a luz, se encontró con una hermosa niña con grandes ojos azules, iguales a los de su padre. 

Y la nombró Katie.


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editado

𝐊𝐀𝐓𝐈𝐄 ✦ lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora