Chico (2° final)

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Apenas llevaba unos pocos días en King's Dominion y quitando el hecho de que mi grupo era una pandilla de matones del cartel... todo estaba genial.

—¿sucede algo?—Chico me sonrió—. Llevas un buen rato mirando tu manzana ¿tan interesante es?—

—¿y tú qué tanto me miras, eh?—el chico se encogió de hombros—. Se supone que no deberías andar por ahí mirando tan embobado a otras chicas que no sean tu novia.—

—¿te molesta?—

—A María de seguro le molestaría.—

—Sí, bueno...—limpió su boca con una servilleta y la lanzó algo molesto a la mesa—. Dudo que a María le importe una mierda lo que yo haga.—

—¿la relación anda mal?—

—La relación no anda y punto. Ella no me quiere.—

—Bueno... eso del amor no es lo mío, pero creo que si dos personas ven que la relación no avanza... ¿no deberían terminarla?—

—No quiero herirla.—

—Tú mismo lo dijiste, a ella le importa una mierda.—le dediqué una sonrisa burlona antes de darle una mordida a mi manzana—. Piensa es eso, Chico.—le guiñé un ojo antes de ponerme de pie—. Tengo clases de defensa, nos vemos luego ¿sí?—

•○•

Salí del salón rumbo al patio de la escuela, abriendo en el camino una lata de energizante. Estaba por darle el primer sorbo cuando alguien me tomó sorpresivamente de la mano, dándome un buen susto y de resultado, la lata salió despedida.

—¡Pendejo de... ¿Chico?—Miré confundida al joven, quien parecía algo nervioso.

—Se fue, ____ ¡la maldita se fue!—

—¿quién? ¿María? ¿a dónde?—

—¡no lo sé!—golpeó la pared—. Si mi padre llega a enterarse que se fue... podría matarla.—

—Mierda, ¿y qué hacemos?—

—Dudo que podamos hacer algo ahora, debe estar muy lejos de aquí.—

Cuando el chico se sentó en la vieja estatua, noté como su mano sangraba.

—Chico...—me senté a su lado—. Debes calmarte, si es como tú crees y no hay chance de encontrarla...—suspiré—. No es tu culpa lo que pueda ocurrirle.—

—Sí lo es.—me miró totalmente deshecho—. Yo... le dije que te amaba a ti, terminé con ella y mira lo que sucedió. Debí dejar las cosas como estaban...—

Saqué de mi mochila el pequeño botiquín que siempre traía conmigo y empecé a limpiar sus heridas.

—¿y eso? ¿eres Dora la exploradora?—lo miré confundida—. Siempre tienes de todo en tu mochila.—sonreí.

—En una escuela de locos, un botiquín es como la lunchera de los normales. Siempre debes andar con uno.—vendé sus heridas—. ¿Mejor?—asintió.

—Eres la única que se preocupa realmente por mí, ____... de verdad eres única.—

—Seeh... dudo que sea especial.—

—Pues lo eres para mí.—

•○•

Ya habían pasado unas cuantas semanas y María no aparecía, lo cual aún mantenía algo intranquilo a Chico.
De todas formas, me las arreglaba para distraerlo un poco y que se relajara lo más posible, después de todo, si él se alteraba, todos en el grupo lo harían.
En cuanto al tema de "dejar a María por mi", no volvimos a tocarlo. Creo que así está bien, tenemos demasiados problemas de momento como para agregar amor a la ecuación.

—¿cinco de... corazones?—sonreí divertida mientras mostraba el 6 de corazones, Chico lanzó las cartas sobre la mesa—. Este juego es una mierda.—

—Eso dijiste de los últimos 20, hombre. Deja de quejarte y disfruta uno ¿ok?—

—¿y si mejor salimos? Necesito un poco de aire libre.—

—Eso me parece bien.—

•○•

—... entonces Marcus ¡bum! Le lanzó ponche en la cara a Shabnam.—reí con ganas.

—¿cuándo fue eso? —

—El sábado, cuando tenías tu pequeña crisis de "no merezco salir"—

El chico recostó su espalda en la fría pared del callejón, cerrando sus ojos y respirando pacíficamente.

—Marcus... ¿te cae realmente bien?—frunci los labios en una mueca.

—Sí... ¿Por qué?—

—Ya perdí una chica por él, ¿también te perderé a ti? ¿Qué tiene de especial ese imbécil de mierda?—

—Bueno...—me levanté y me acomodé junto al chico, recostando mi cabeza en su hombro—. Para empezar, no es un amargado.—

—¿Yo lo soy?—

—Bastante, sí.—sonreí—. Y segundo... tiene una hermosa sonrisa.—

—¿hermosa sonrisa? ¿es que no viste la mía?—

—Pues la verdad no, casi nunca sonríes.—tomé su mano, examinando las pequeñas cicatrices en sus nudillos—. A veces... siento que es mi culpa que todo esto pasara, como si yo hubiese sido la causa de que María se fuera.—

—No, fue culpa mía.—Chico estrechó mi mano gentilmente—. Ella no se fue porque la dejé, se fue porque ya no soportaba más la relación. Ahora es libre de hacer lo que quiera, finalmente lo entiendo.—

—Bueno... ¿ya lo superaste? ¿puedo dejar de estar pensando estupideces para distraerte?—

—Solo si aceptas salir conmigo.—sonreí.

—Te tardaste demasiado en pedírmelo.—

Chico besó mi frente y apenas levanté la mirada, sus labios se posaron sobre los míos.

—Se mi chica, ____...—

—

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~° One shots Deadly Class y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora