Prólogo.

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NINA.

—¡Llamada del 112! —gritó uno de los guardias mientras entraba desesperado a la zona de urgencias. Me alarmé y mucho, era la primera vez que veía a John tan exaltado, —¡Algún doctor!, —gritó nuevamente; a continuación de él, entraron sus colegas junto con una camilla móvil que fue bajada desde el carro de ambulancia, no pude evitar acercarme.

—Joven desconocida, graves golpes en cabeza, tórax y extremidades inferiores, fractura en tibia izquierda —habló el paramédico que la trasladaba, —Se encuentra inconsciente, —informó mientras entrábamos por el gran pasillo hasta una de las habitaciones disponibles de urgencias, instante en el cual el doctor comenzaba a examinar a la chica de cabello característico.

Inmediatamente comencé a asistirla, canalizar vías y tomar sus signos vitales; su aspecto no era el más agradable, estaba cubierta de sangre algo seca y su rostro estaba inflamado por el trauma, era imposible que alguien pudiese reconocerla en estos momentos.

—¡Intuben! —alzó la voz el doctor, inmediatamente la doctora a su lado comenzó a realizar las órdenes dadas por el hombre.

Todo a mí alrededor estaba muy alterado, enfermeras iban y venían tratando de estabilizar a la joven de cabello azul.

—Son dos... —dijo el paramédico alejándose de la paciente para salir de la puerta a buscar a la otra joven.

—Yo iré —le dije al doctor Carson y sin esperar su respuesta salí corriendo detrás del paramédico tratando de alcanzar sus pasos. Me sorprendí mucho al ver el estado de la segunda chica. Tenía un gran corte en su brazo y varias heridas, estaba teniendo una hemorragia.

Rápidamente se acercaron más doctores para atenderla, estaba llena de escombros y bastante polvo, intenté limpiar algunas partes de su cuerpo para poder realizar mi trabajo como enfermera de ese hospital.

—Desconocida, fue la que más fracturas sufrió, trae una contusión en la cabeza debido al golpe —avisó el paramédico, —Ella iba en el volante, —el doctor solo asintió y se la llevó a la sala contigua de la otra chica dejándome con la peliazul.

Lo que sentí al mirar a esa castaña fue indescriptible, extrañamente había logrado que entrara en un trance, pero, ¿Cómo?, había trabajado por varios años en diferentes hospitales y nunca me había pasado algo igual, no tenía claro lo que me sucedía, pero algo era seguro: no me sentía bien.

—¡Nina! —Carson interrumpió mis pensamientos de nuevo, —Necesitamos refuerzos.

—Nina llama a J.J. —añadió la otra doctora, mis manos sudaban y me encontraba bastante mal, todo giraba a mi alrededor, esa chica de pelo azul no paraba de sangrar.

—En seguida —respondí después de varios segundos intentando canalizar lo que ocurría.

Me dirigí rápidamente por las escaleras hacia el piso de abajo en búsqueda de J.J., un cirujano especializado

—Lo necesitan en el piso de arriba, dos jóvenes gravemente heridas —comenté sin aliento apenas crucé la puerta de su consultorio; J.J. se levantó de donde estaba y junto con él corrí a donde sucedía la emergencia.

Al entrar a la habitación mi cabeza empezó a doler mucho y de nuevo estaba mareada. Lo que sucedió después lo tengo bastante borroso, lo único que recuerdo es el grito de J.J. solicitando enfermeras para ir al quirófano por una hemorragia interna de una de las jóvenes, después no supe más, todo se hizo oscuro hasta que caí al suelo.

-

—¿Nina? —escuché con duda una voz femenina muy familiar mientras abría los ojos, adaptándome a la iluminación del lugar, —¡Más alcohol! ¡Necesita oler más alcohol!

—¿Qué pasó? —Atendí asustada reconociendo a la mujer que me llamaba, era una de mis amigas también enfermera del hospital.

—Te desmayaste —respondió. No pude evitar levantarme de golpe al recordar lo que pasaba antes de haber caído, —Necesitas sentarte, —Me tranquilizó dejando en mis manos una torunda llena de alcohol para que siguiera inhalando.

—¿Hace cuanto estoy así? —indagué con miedo a una respuesta no esperada.

—Aproximadamente quince minutos —contestó la enfermera. Su respuesta había hecho que cerrara los ojos y dejará salir un suspiro.

—¿Sobrevivieron? —pregunté inmediatamente volviendo a fijar mi mirada en ella.

—No se sabe nada aún —dijo con nerviosismo y yo no le creí nada, tenía que ir y comprobarlo yo misma; así que lo hice, me levanté de la camilla en la que me encontraba y decidida salí de la habitación, —¡No Nina!, —gritó la enfermera, pero la ignoré siguiendo mi paso, —¡Necesitas estar en reposo!

Continué ignorándola mientras subía escalón por escalón las escaleras que llevaban al siguiente piso, en dónde se encontraba el quirófano; temía entrar a esa habitación y verlas muertas, lo temía mucho.

Antes de entrar al la sala de cirugías vino a mi mente la imagen de ambas llenas de escombros y con el cuerpo desecho.

Mi cabeza aún no alcanzaba a entender porque estaba reaccionando así, no las conocía y se supone estaba acostumbrada a recibir heridos diariamente.

Una de ellas volvió a apropiarse de mis pensamientos, ¿Cómo era que me resultaba familiar?

—¡Nina! —llamó mi atención Carson quien salía de una de las habitaciones del piso, estaba un poco, pensé, ¿Pálido?, —Me contaron que te desmayaste, ¿Estás bien?

—¿Cómo están? —ignoré su pregunta anterior viendo como se mantenía en silencio, sin poder evitarlo moví con fuerza la perilla de la puerta del quirófano.

—¡No puedes entrar Nina! —gritó Carson al verme forcejear con la cerradura poniéndose en medio, —J.J. está llevando está cirugía, es la más crítica, —explicó mirándome con preocupación, —¿Qué pasa Nina?, jamás te había visto así.

—¡Necesito saber cómo están esas chicas! —me desesperé alzando la voz mientras intentaba nuevamente abrir la puerta.

—Creo que necesitas unos calmantes, acompáñame —dedujo sosteniéndome.

—¿Quién es la que están interviniendo? —pregunté al soltarme de su amarre con la esperanza de que no fuera ella quién corría más peligro.

Se hizo el desentendido mientras evaluaba mi expresión y pedía que me calmara.

—¿Quién es Carson? —volví a preguntar perdiendo el control.

—No lo sé Nina —soltó confundido.

—La otra chica, ¿En dónde está? —exigí que respondiera; cualquiera que me viera en ese momento pensaría que me gustaba ignorar a las autoridades, pero era la primera vez que me comportaba de es forma.

—¡En aquella habitación! —contestó exaltado señalando la puerta por la cual había salido.

Aparté mi vista de él y caminé en dirección al cuarto, tomando aire antes de abrir la puerta.

—¡Gracias Dios! —susurré suspirando despacio, la chica de cabello azul estaba ahí.

Nunca había creído en nada supremo, pero esa noche había sido el detonante de lo que hoy sería mi día a día y estaba satisfecha con eso.












Buenas noches, con esto comenzamos nuestra historia, ojala sea de su agrado.

Estén atentos a la publicación del primer capítulo, estará disponible en alguna de nuestras cuentas. Recuerden la modalidad en que estaremos actualizando así que si aun no agregan la historia que esta en el perfil de cachehumor y de XiadaniEstrada les recomiendo que lo hagan.💕✨

Cookiechispitas🍪
Xoxo

QUIMERA | CACHÉ [TERMINADA]Where stories live. Discover now