Cap 52

240 25 5
                                    

                                      Daniel

¿Sería apropiado empezar a comprar cosas para bebés? El bebé aún ni es bebé, sólo es un feto, pero eso no quita el hecho de que se le pueda comprar ropa ¿cierto? Por ese gran dilema he llamado a Bryan para que venga a ayudarme a resolver mi problema aquí al centro comercial, estoy sentado en un café frente a una tienda de bebés mientras me tomo un capuchino. He venido para comprarle comida chatarra a Natalia, sé que se pondrá feliz cuando me vea llegar con estas dos bolsas llena de comida para ella.

—Por favor dime que me haz llamado para algo importante.

Eso es lo primero que suelta Bryan al sentarse a mi frente. Señalo con mi cabeza hacia la tienda, él sigue mi seña y cuando me mira lo hace con mala cara.

—Si crees que te acompañaré a ese sitio de mala muerte estás equivocado.

Y obviamente si terminó acompañandome y calgando una de las tres bolsas que había comprado en la tienda. En el momento en que pusimos un pie en la tienda todas las madres que andaban por ahí se volvieron locas y empezaron a cuchichear entre ellas, las dependientas tampoco se quedaron atrás, también nos lanzaban miradas provocativas de vez en cuando. Estoy seguro que no todos los días se ve en un sitio como este a dos chicos increíblemente atractivos comprando ropa para bebés. Me imagino el día que me vean entrar solo con mi bebé en manos para comprarle un juguete, mojarán en seguida.

Estoy totalmente seguro que Natalia estará emocionada cuando vea toda la ropa que le compré al bebé, la compré color negro, amarillo y blanco, todo porque aún no tenemos claro el sexo. Me encantaría que fuera una niña y que sea igual de bonita que su madre, con esos preciosos ojos verdes tan llamativos y ese pelo super hermoso; sería la bebé más linda del mundo. Pero presiento que será niño. No sé, algo me lo dice. De hecho, apostamos algunos dólares.

—Nunca pensé que te convertirías en esto— murmura Bryan con cara de asco.

—¿Ya te puedes callar?— cuestiono rodando los ojos.

Tiene desde que salimos del centro comercial hasta ahora que vamos subidos en el ascensor del hospital hablando del mismo tema.

Él y Fabiola, definitivamente, hacen una increíble pareja.

En cuanto las puertas del ascensor se abren las bolsas que llevo en las manos se resbalan de mis dedos cayendo de inmediato al suelo. Cintas amarillas se encuentran rodeando el pasillo que conduce a la habitación donde se supone que está Natalia, un grupo de policías se encuentran haciendo fotos y anotando algo en unas libretas, Carmen se encuentra sentada en una silla y David está hablando con uno de los policías. En el rostro de Carmen se ve claramente que ha pasado algo, ¡Joder! La preocupación se le nota desde lejos.

No me he dado cuenta cuando he empezado a correr hasta la habitación donde está Natalia, no escucho nada, sólo escucho los latidos acelerados de mi corazón, la sangre bombeando con rapidez, siento todo en cámara lenta, no llego a cruzar la puerta cuando unos policías me bloquean la entrada.

—¡Quitense!— les grito.

—No puede pasar— dice uno de ellos mirándome con su cara de que quiere intimidarme.

Formo dos puños con mis manos, siento como la sangre sube poco a poco por mi cara.

—Mi novia está allá dentro, necesito verla.

—Daniel— Carmen intenta agarrarme del brazo pero rápidamente me deshago de su agarre.

—No hay nadie adentro— vuelve a decir el mismo policía.

AbismoWhere stories live. Discover now