Auto-Destrucción Diaria

59 10 1
                                    

     Después de los preocupantes sucesos que se vivieron en el ring, un aire de alegría recorrió el lugar.
Claro, de todos los visitantes, mas no de Amonq. Él todavía estaba preocupado.
No obstante, tenía una pequeña ventaja que, ahora que se dio cuenta, es en realidad un gran alivio para sí mismo.

     Amonq, mientras se sentó a pensar en su roca, se notaba tenso, pero había la ausencia de preocupación; algo así como si estubiese pensando en alguna tarea inconclusa, pero sabe que puede hacerlo después, aunque tiene el miedo de olvidarlo.

— ...
(Y si, tan solo si-...
No, no podría pasar. De todas maneras estoy libre. Tengo mi libertad...
Ahora, no tengo nada por hacer. Tengo tanto tiempo para terminarlo...
Además, ni siquiera puedo soñarlo a ese tipo, después de tanto tiempo...)
(Lo buenos de que ya no tengo miedo nunca más, o eso se supone que pasa-)

— ¡Amonq! —interrumpió su jefe—
¿Qué haces, guerrero vago?

— ¿...Eh? —respondió el demonio, mientras salía de su ligero trance, agitando su cabeza—
Ohh... Lo siento
*Friega sus ojos*
¿Qué decía?

— Te preguntaba acerca de lo que piensas. ¿Sobre ese beso que te dieron?

— ¿Cómo sabe eso?

— Digamos que un pajarito me lo dijo.
Uno que se está volviendo muy famoso.

— Hmmm... Ya veo...
*Ríe suavemente*
No, no es eso.

— ¿Entonces?

— Es sobre una de las maldiciones.

— Tranquilo campeón, —aconsejó Azazel— estarás bien. No necesitas volar para vencerlos-...

— No, tampoco es ese.

— ¿Y qué es lo que tanto te preocupa?

     Amonq, con suma concentración mira al horizonte (aunque ni se logra ver el sol) y da un largo suspiro, no tanto de alivio, sino preocupación.

— Antes de morir, cuando era el campesino de siempre, todas las noches tenía pesadillas.
Hasta hace poco las volví a tener.

— Pero si eso es bueno, pues ya no las tendrás.
Dime Amonq, —dudó su jefe— ¿A qué quieres llegar?

— Siento que esto era parte de mí...
Pero no entiendo por qué esta vez es diferente...
Siento que su ausencia es lo que más me asusta.

— ¿"Su ausencia"?

—...
*Amonq baja su mirada*
Hace tiempo, cuando todavía estaba vivo, yo... Yo no pensé que tendría una vida tan extraña.
Pero lo más raro eran mis sueños.
Éstos siempre eran los mismos.

Todos los días soñaba con ese... Ese monstruo...

Cada vez que me acostaba e intentaba dormir, recordaba a ese tipo. Todos los días soñaba con él, y siempre era lo mismo.

— ¿Soñabas con él? -rió su amigo-
Guau, ¡qué nivel!

— ¡No me refiero a eso! —respondió ligeramente ofendido—
Me refiero a que soñaba sobre él, y... Esa cara...
Siempre intentando acabar conmigo...

Él no era diferente a uno de cualquiera de éstos demonios aquí...
—indicó con su mano al público, que esperaba al siguiente combate—
Es más, se parecía un poco a como soy ahora; una cabra con cuernos grandes, era alto, su pelaje era negro y tenía manos largas, pero no demasiado.
Pero sus ojos...
Me daban un temor inmenso.

     Amonq recordó con claridad y detalle los ojos de ese extraño ser que se hacía presente cuando dormitaba.
Todas las noches, sin excepción.

Como Fracasar como Demonio: feat. Amonq (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora