19

230 20 1
                                    

Pasaron dos meses desde que tuve la cita con Ignazio, desde que nos enteramos que el chico con el que salía Adrienna era Piero, y no habían pasado muchas cosas.

Los chicos fueron invitados a una rueda de prensa a la que asistimos y cantaron. Tuvieron un concierto exprés en un teatro a las afueras, y por cuestiones de papeleo tuve que hacer una visita urgente a la embajada de mi país.

Estabamos teniendo una plácida tarde de amigos en el jardín trasero del hogar de Piero. Estabamos esparcidos por el césped, en sillas o en una pequeña piscina con la que contaba ésta. Los chicos bromeaban entre ellos mientras Adrienna y yo tomabamos el sol.


-¡He cariño preguntale a la novia de Gianluca si quiere algo de beber!- Giré mi cabeza para ver a Ignazio quién reía. Fruncí el ceño. Piero tenía una sonrisilla picara y Gianluca estaba apenado. Se notaba su incomodidad mientras sus amigos se burlaban de él.-Es cierto, no tiene...

Adrienna rió y sinceramente a mi me causó gracia. Ya estaba acostumbrada a sus malas bromas pero me causó ternura el rostro de Gianluca.

Estiré mi brazo y tomé mi sandalia de baño. La apreté bien entre mis dedos y la arrojé en su dirección.

-¡En la meta!- Gritó Adrienna al momento que el objeto dió de lleno en la frente de Ignazio. Sonreí con suficiencia cuando este me miró interrogante. Mantenía su mano frotando la zona adolorida.

-¡Ja,ja,ja,ja! ¡Idiota!- Rió Gianluca. -¿Y a Piero quién le da?

-¡Oh!, ¡A mi nadie!- Se defendió este alzando sus manos en señal de defensa.-A mí, mi novia si me quiere.- Caminó hasta la chica junto a mí y la abrazó para luego depositar un beso en su mejilla. En una escena muy tierna.

-¿Y quien dice que Amelia no me quiere?- El corpulento chico caminó hasta mi con un mohín de ternura en los labios. Repitió el gesto de su amigo y me dió la mejilla para que también le diera un beso de regreso. - No lo somos pero estamos cada vez más cerca cariño.-Susurró para nosotros cuando estaba depositando el beso en él. Sonreí porque me parecía cada vez más cerca el día de eso.

Ignazio había demostrado de todas las maneras posibles que aquél acontecimiento había sido un error, que él no era así. Que esa faceta no había sido más que un obstáculo entre nosotros. Al igual que muchas parejas debíamos que enfrentarnos a algo, no todo iban a ser flores y rosas. Aunque con él, así lo veía.

-Mucho amor, mucho amor...¿Pero a mi quién me consuela?- Vociferó Gian. Los chicos sonrieron con diversión y se acercaron a su amigo en plan de broma intentando darle algunos besos. Éste los apartaba con manotasos mientras sus amigos lo seguían acorralando. -¡Chicas! ¡Quiero chicas!- Adrienna y yo soltamos unas carcajadas y nos levantamos para separar a Gianluca de los chicos.

-¡Anda! Consigan otro galán, este quiere enamorarse, conservar su inocente y cálido cuerpo para poder fanfarronear sobre el amor.- Adrienna solto aquélla frase que me hizo reír aun más. El rostro de Gianluca se pintó en un claro color rojo y los chicos se alejaron de él divertidos.


-¡Conservar su inocencia dices!- Piero se llevó las manos a la boca para cubrir la gran risa que soltó. Ignazio estaba en el mismo gesto.

Me acerqué a Gianluca y puse mi mano sobre su hombro. Nos miramos cómplices y negamos.

-Todos son idiotas.- Le solté. Este sonrió de vuelta.

Melodías del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora